Arruinados por la imprudencia

Escrito el 22/09/2015 - 1:39pm Por Diego Carrasco

ruinas

“El que escucha lo que yo enseño y hace lo que yo digo, es como una persona precavida que construyó su casa sobre piedra firme. Vino la lluvia, y el agua de los ríos subió mucho, y el viento sopló con fuerza contra la casa. Pero la casa no se cayó, porque estaba construida sobre piedra firme. Pero el que escucha lo que yo enseño y no hace lo que yo digo es como una persona tonta que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, y el agua de los ríos subió mucho, y el viento sopló con fuerza contra la casa. Y la casa se cayó y quedó totalmente destruida”. (San Mateo 7.24 al 27)

“No tuve suerte, por eso me fue mal en mi matrimonio”, “No sé que me paso, si yo sabía cómo tenía que hacerlo”, etc, son algunas frases que se suele oír de boca de personas que han fracasado o fallado en algún proyecto de su vida.

Algo que admiro de Jesús es la simpleza y claridad con la que transmitía sus enseñanzas, tan claro era en su mensaje que cualquiera que lo escuchara podía comprender lo que quería decir. Algo que no suele ocurrir seguido en nuestro tiempo. Falta claridad y precisión en el mensaje que se busca transmitir, bien haríamos en imitar a nuestro Amado Maestro.

En la reflexión de hoy, mi querido amigo, quisiera que veamos algunas cosas, puntos o aspectos que pueden motivar nuestra ruina en cualquiera área de nuestra vida, provocando la ruina total.

1) Jesús dijo que “quien escucha lo que enseña y además hace lo que él dice”, será considerado un hombre prudente.

Dos virtudes que tiene la persona que crece y avanza, alcanzando aquello que se propone: Sabe escuchar, y sabe accionar.

No se trata de solo oír, sino de escuchar. ¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar? Oír significa percibir con el sentido del oído las palabras que se hablan. Escuchar involucra otros cuatro sentidos para ayudarnos a entender las palabras que se dicen.

Cuando oímos lo hacemos con nuestro sistema auditivo. Cuando escuchamos otras funciones cognitivas entran en juego: poner atención, recordar, pensar y razonar.

Escuchar va más allá de oír las palabras que se hablan. Escuchando significa pensar en el mensaje para entender de manera clara y completamente. Esto requiere oír las palabras, observar el tono de voz, el estado anímico, y cualquier otra señal que complemente el mensaje.

¿Cuántas veces tu esposa o esposo te dijo algo y por no prestar atención, se generó un conflicto? ¿Cuántas veces tus padres te dijeron lo que debías hacer y por no escuchar atentamente no cumpliste con su pedido? ¿Cuántos regaños de tu jefe has recibido por tu falta de atención hacia sus pedidos?

La falta de efectividad en muchos casos se debe a que no sabemos escuchar atentamente las directivas que se nos dan, porque “creemos saberlo todo”, entonces nos manejamos según nuestros propios criterios. Por esa razón Jesús dijo que quien lo escuche y haga lo que ha escuchado, será considerado un hombre prudente.

Es vital aprender a escuchar, estar atentos, porque de lo contrario, nos seguiremos perdiendo muchas cosas más…

2) El no escuchar con atención te transforma en una persona imprudente. Veamos que significa la prudencia: “Es sinónimo de sensatez, mesura, templanza, cautela o moderación. Se trata de la virtud que lleva a alguien a desenvolverse de modo justo y adecuado”.

La falta de prudencia provoca que tengas bases equivocadas al construir tu vida. Edificas tu vida con valores inapropiados, poniendo en riesgo todo aquello que posees. El imprudente es alguien a quien no le preocupa las consecuencias que tengan sus acciones, simplemente se limita a actuar. Después vienen los lamentos…

¿Eres alguien prudente si transitas por las rutas de país a mayor velocidad que la permitida? ¿Eres prudente si gastas más del dinero que ingresa a tu hogar? ¿Podrías decir que se te conoce por ser prudente en tus palabras, tal como lo fue David? ¿Pueden los demás considerarte como una persona prudente?

La imprudencia o el imprudente es alguien que pone en riesgo no solo su propia vida sino la de quienes le rodean. los imprudentes son aquellos que no saben seguir consejos, creen saberlo todo, por eso es que Jesús dijo que quien no escucha su consejo y lo sigue, lo hace, es alguien que se transforma en un imprudente.

¿Quieres dejar la imprudencia de lado? Aprende a escuchar los consejos de aquellos que tienen más experiencia que tú, aprende a seguir las instrucciones de quienes están a tu lado para ayudarte en tu crecimiento, y por supuesto, escucha atentamente las instrucciones de Jesús y haz según te haya dicho.

Termino con esto. Un tal Apiano de Alejandría dijo lo siguiente: “La imprudencia suele preceder casi siempre a la calamidad”. ¡Interesante! La prudencia te preservará en el día de la dificultad, no lo olvides…

¡Que tengas un día híper bendecido!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.