Cuidate de ti mismo

Escrito el 15/09/2015 - 11:24pm Por Diego Carrasco

CUIDATE DE TI

“Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. (2 Timoteo 1:6–7).

“Al leer la vida de grandes hombres, encuentro que la primera victoria que ganaron fue sobre sí mismos… el dominio propio fue primordial para todos ellos”, afirmaba Harry Truman.

Esa es la lucha más feroz que enfrentamos a diario, la de vencernos o conquistarnos a nosotros mismos, y no dejarnos vencer o ser conquistados por otras cosas, sea lo que fuere.

Cuando como personas no logramos dominarnos a nosotros mismos, cuando no logramos ser dóciles y enseñables, no importa cuántos dones, talentos, capacidades, habilidades o conocimiento tengamos, nuestra vida no producirá los resultados esperados ni deseados. Es una grave falla en el carácter que nos llevará a tener mayores problemas con los demás…

Si prestas atención a las problemáticas que tal vez hoy estas viviendo, quizá ellas se deban a la ausencia de esta cualidad vital para la vida y el liderazgo llamada Dominio Propio.

¿Pero, qué es dominio propio? Es una faceta del amor donde, por amor a Dios, a mí mismo, a mi familia y a quienes han sido encomendados a mi cuidado, decido asumir el control de mi vida, y de no dejarme controlar por ninguna fuerza que se oponga a Dios y a su plan para mí.

El dominio propio es crucial a la luz de la eternidad, este hecho podemos verlo claramente al leer el relato de la exposición de Pablo ante Félix: fue su explicación de la justicia, el dominio propio y el juicio venidero que espantó al gobernador Romano (Hechos 24:25).

Esta virtud es vital para el crecimiento en la vida cristiana, y lo vemos cuando Pablo dice que es el noveno fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:23). Es absolutamente vital para un líder que esta virtud no esté ausente de su vida, y podemos percibirlo cuando el apóstol exhorta a Timoteo a re-encender el fuego del don de Dios que esta en él, debido a que “Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:6–7), tal como citábamos arriba.

El corazón del cristiano y del líder cristiano es un campo de batalla donde luchan pasiones desordenadas que tratan de llevarlo inexorablemente a lo peor, a esclavizarlo a hábitos destructivos, a alejarlo del logro de sus posibilidades supremas. La pereza, la complacencia, el conformismo, el descontrol, son enemigos poderosos, y sólo el cultivo incansable del dominio propio podrá hacernos victoriosos para alcanzar la meta de nuestro llamamiento.

Liderazgo es pasión disciplinada. Y no hay una competencia que demande mayor disciplina que el dominio de si mismos. Aquellos que deciden abandonar esta cualidad, están simple y sencillamente destinados al fracaso. Sólo aquellos que han logrado el control de sí mismos podrán controlar el tiempo y su vida. Sólo aquellos que comprenden que cada día es como si jugáramos la final de la copa del mundo, que el reloj ya está corriendo y que, en consecuencia, deben dar lo mejor de su esfuerzo, son los que, por esa actitud, logran resultados admirables.

Los que han acumulado grandes reservas de dominio propio alcanzarán sus objetivos personales, vocacionales, familiares y en relación al servicio. Podrán disfrutar sus días y alcanzar el galardón más preciado, que es el respeto de uno mismo. Podrán llegar al final del día, mirarse al espejo y, viendo a la persona que está enfrente, decir: Hoy di lo mejor de mi mismo, ¡hoy me vencí!… Por lo tanto, puedo esperar los resultados en paz. Cuídate de ti mismo…

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.