Durante un servicio de adoración en la iglesia “Glorifica Litoral”, en San Sebastián, Brasil, dos jovencitas se besaron en medio de la congregación a manera de protesta y en defensa de los derechos de los activistas gay, así lo informa en su portal la agencia GospelPrime.
El congresista y pastor Marco Feliciano, quien es presidente de los Derechos Humanos y de las Minorías de la Cámara de Brasil, señaló que el lugar de culto está protegido por la ley y que los manifestantes deben responder ante el Código Penal de su país.
Marco Feliciano, pastor y congresista – Brasil-
Las jovencitas Joan Palhares y Yunka Mihura, quienes tienen 18 y 20 años respectivamente, fueron llevadas por la policía militar y después de ser llevadas a la comisaría ahora alegan que fueron víctimas de abusos por los guardias.
Para Feliciano es absurdo que “personas irrespetuosas invadan la adoración y finalmente aleguen ser víctimas”.
El parlamentario explicó que antes de ser evacuadas pidió a los guardias la mayor precaución ya que los activistas alegan agresión en este tipo de casos. Vale mencionar que no es la primera vez que el pastor Marco Feliciano tiene que parar el culto para resolver situaciones como estas.
Feliciano también expresó a través de su cuenta Twitter que detrás de estos casos está alguien haciendo “uso de estos individuos como peones para tratar de desestabilizar el orden. Ya detectado en varios lugares que estos “activistas” están inflados por los profesores y por los partidos políticos. Están pagándole dinero”, dijo.
El activista de los Derechos Humanos anunció que “lo hacen en contra de los evangélicos, porque estamos en paz, la paz, pero no somos muggles! La ley se utilizará siempre que sea violado nuestro derecho”.
