El Rey ya viene

Escrito el 05/02/2020 - 11:14am Por Carlos Hernández Zamora

Los días han pasado de manera fugaz, a través de muchas generaciones  se han marcado una serie de acontecimientos que se articulan conforme a su contexto teológico, social y político. En cada uno de ellos se refleja el comportamiento del hombre sobre la tierra. Cada movimiento literario está enfocado en la visión humanista sobre el mundo. Los grandes descubrimientos y cambios sociales trastocaron muchas veces el estatus de los gobernantes. En todas ellas se manifestó un común denominador: la teoría del advenimiento de Jesús.

Los apóstoles sabían distinguir las señales de la naturaleza, pero no tenían la habilidad de comprender todas las etapas apocalípticas que Jesús les estaba hablando.

Su idea de un salvador se confundió con la de un libertador, pues desde hace mucho tiempo el ejército romano había invadido su nación y deseaban ser  libres de ese yugo que los mantenía prisioneros.

A la luz de la palabra, la venida de Cristo, es un evento que poco a poco se está cumpliendo: guerra a nivel mundial, hambres, el calentamiento global, la desintegración familiar en un nivel más agudo, las enfermedades  nuevas como el coronavirus que se convierten en plagas de contaminación rápida y otros acontecimientos  que se suman al periodo apocalíptico.

 ¿Cuántos de nosotros estamos preparándonos para estar presentes en ese evento? Seguramente que el descuido, y la falta de atención a todas las señales que Dios manda, provocan  un déficit de atención espiritual. En el libro de los Hebreos 2:1 «…es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído», y el verso 3: « ¿Cómo escaparemos si descuidamos una salvación tan grande? Se enfatiza el llamado a no olvidarse del deber de estar alerta ante la venida de Jesús.

La parábola de las 10 vírgenes,  presenta a unas jóvenes esperando el momento en que el esposo vendría, 5 de ellas estaba descuidadas y vivían una vida apartada, sin importarles siquiera el compromiso que habían adquirido para estar pendientes de su deber, no así el otro grupo que si estaba alerta, su aceite, su lámpara lista y no tuvieron ningún problema, ya que estaban preparadas para recibir al esposo. Hoy en día los acontecimientos son iguales, son pocas las personas que se preparan para recibir al Señor, su estilo de vida orientado hacia un testimonio de servicio al prójimo y consagración a Dios, es un modelo muy atractivo a seguir, personas que han mostrado un alto rendimiento de desarrollo espiritual sin caer en el fanatismo ni religiosidad. Sin embargo el alejarse y vivir una vida sin Dios, similar a la conducta en los tiempos de Noé, antes del diluvio, es un común denominador en nuestros días, pues existe el libre albedrío para vivir según el criterio personal alejado totalmente de la visión divina.

« El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» 2 Pedro 2:09.

Los tiempos se están acercando, el reloj de Dios poco a poco está llegando al tiempo profético de su venida, por lo tanto nuestra actitud debe ser siempre vigilante.  Recuerda la letra del himno de  «Los Voceros de Cristo»: «Se aproximan los juicios de Dios sobre la tierra, hay conflictos y guerras, pestilencia y dolor, a un ángel en el cielo se le llega la hora de derramar las copas de la ira de Dios…»

¡Aprovechemos bien el tiempo pues, porque los días son malos! ¡Él está al llegar!

Escucha la voz del Espíritu Santo, nuestro guía y consolador, pues en los últimos días se realizaran manifestaciones divinas como lo dice el profeta en su palabra. Joel 2:28-32 «Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.»

29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.

30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.

31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.

32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.

¡Que la gracia de Dios siga iluminando tu vida!

Acerca del autor

Educador de generaciones, orientado al estudio de la literatura y lenguas extranjeras. Me agrada escribir cuentos y ensayos. Creo en las capacidades de las personas para salir adelante. Analítico en las problemáticas sociales. Constante en el estudio, pues sé que un pueblo educado es un ente libre de la ignorancia. Aficionado a la tecnología, lector activo y participativo de la Biblia. Bloguero de Onda Exclusiva en la sección de «vida cristiana» y «acción social».