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Escrito el 16/07/2014 - 12:10am Por Diego Carrasco

EXCLUIDOS

“Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses”. (San Mateo 25. 26 y 27)

Tenemos que entender y reconocer que la diligencia es un requisito básico en todo aquel que quiera alcanzar algún proyecto, sueño, meta. Es un requisito fundamental también para aquellos que deseen liderar a otros.

Sin embargo, vemos en esta Parábola de los Talentos cuán fuerte es la reprensión que Jesús le hace a este siervo que había recibido un talento y no supo administrarlo.

Los otros dos siervos también habían recibido talentos, el primero 5, el otro 2, y éste último en quien nos enfocaremos en esta oportunidad, recibió un solo talento.

Cuando vemos y leemos este relato, hay dos palabras que nos llaman la atención: Malo y Negligente.

Jesús le señala estas fallas fundamentales en su carácter. Debemos saber que nadie puede llegar muy lejos en la vida siendo malo y negligente, por muy talentoso que sea.

Presta atención: Talento sin carácter es fracaso asegurado, en cambio, talento más carácter te garantiza bendición y victoria.

¿Cuántas personas en este mundo tienen talentos y/o habilidades increíbles, tienen sueños grandes y una vez que los alcanzan, no pueden mantenerse de pié porque su carácter no sido formado?

¿Conoces gente así? Seguro que sé tu respuesta. Ahora bien, debemos entender dos cosas que me parecen importantes. Primero, ninguno de los seres humanos que habitamos este planeta tierra es inútil, al contrario, somos útiles para algo, y debemos descubrir en qué somos útiles. Segundo, se nos dio de acuerdo a nuestra capacidad, es decir, a quien se le entregó 5 talentos es porque era capaz de administrar esos 5 talentos y además, multiplicarlos. Lo mismo con el que recibió 2 y con el que recibió 1.

Dios te conoce y sabe de qué eres capaz, pero también sabe cuanto él hoy puede poner en tus manos. Dios nunca pondrá en tus manos 10 si sabe que por ahora puedes con 5, por eso viene bien recordar el texto que dice que “si somos fieles en lo poco, sobre mucho seremos puestos”.

Ahora bien, ¿Por qué malo y negligente? Malo por lo que medita en su corazón, y negligente por aquello que su mano hace (o no hace). Cuando el siervo entierra el talento no hace lo que debiera hacer y esa actitud lo transforma en una persona irresponsable.

Lee bien esto. Nada de lo que Dios nos da es para que lo guardemos o enterremos, es para que lo usemos y produzcamos frutos para su reino.

Veamos que significa la palabra negligente. “Que no pone el cuidado, la aplicación y la diligencia debidos en lo que hace, en especial en el cumplimiento de una obligación”.

Lo contrario a negligente es el diligente. ¿Qué significa diligente? “Que pone mucho interés, esmero, rapidez y eficacia en la realización de un trabajo o en el cumplimiento de una obligación o encargo”.

¡Cuánta diferencia! Romanos 12.11 dice que “en lo que requiere diligencia, no perezosos”. La negligencia tiene su raíz en la pereza, los perezosos no le sirven a Dios, tal como nos muestra el texto de arriba.

Algunas características de la persona negligente: 1) No son confiables. 2) Nunca terminan lo que empiezan. 3) Viven desperdiciando su tiempo y energías. 4) Son capaces de convertir algo grande en pequeño e insignificante.

En cambio, el diligente: 1) es una persona confiable. 2) Jamás está ocioso. 3) Tiene mentalidad de único. 4) Es efectivo en lo que hace.

¿Notas la diferencia? Mi querido amigo, amiga, el Señor juzga a los negligentes como siervos inútiles, y como ya dijimos antes, éstos no sirven.

Aquello que haces no prosperará sino actúas de manera diligente, ¡recuérdalo! Tal vez no muchas personas sean juzgadas como malas, pero la pregunta es: ¿Cuántos serán juzgados severamente a causa de su negligencia? Jesús nos incluye en sus planes, pero nuestro carácter puede hacer que quedemos excluidos de los mismos. Que no seamos uno de ellos.

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.