Los locos que el mundo necesita

Escrito el 14/10/2014 - 11:10pm Por Diego Carrasco

LOS LOCOS

“El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará”. Eclesiastés 11:4

Todo en la vida implica riesgos. ¿Qué significa esto? Que cada vez que intentemos hacer algo estaremos expuestos a que las cosas salgan bien,… o salgan mal.

La palabra riesgo significa: “Posibilidad de que se produzca un contratiempo o una desgracia, de que alguien o algo sufra perjuicio o daño”.

Observa lo siguiente. Cuando una persona dice: “Yo no me quiero arriesgar y no me gusta el riesgo”, es la decisión y la afirmación más ridícula que puede tomar y/o expresar, porque siempre existirán riesgos.

Cuando vamos a la Biblia, nos encontramos con un sinfín de ejemplos de personas que corrieron riesgos, que pusieron en juego aún sus propias vidas por el hecho de alcanzar aquello que anhelaban.

Abraham estuvo dispuesto a correr el riesgo de salir de su lugar de origen para ir a un sitio absolutamente desconocido, dejó su tierra y su parentela solo por alcanzar aquello que era su objetivo y que tenía que ver con la promesa que Dios le había dado.

Noé construyó un arca corriendo el riesgo de ser tratado como un delirante por el resto de sus contemporáneos y sin siquiera haber visto llover antes, sin embargo, se jugó por ello.

David, sabiendo que Saúl lo buscaba para matarlo, teniendo él la oportunidad de quitarle la vida, decide perdonarlo a pesar de conocer lo que podía sucederle si fuera a la inversa. Decide correr el riesgo aún exponiéndose a la muerte.

Riesgo, palabra absolutamente desconocida para los conformistas. Jamás verás a un conformista arriesgarse más de lo que puede poseer hoy, porque tiene miedo a perderlo todo, y justamente eso es lo que hace la diferencia entre un conformista y un arriesgado.

El conformista dice: “Así estamos bien”, el arriesgado dice: “Vamos por más”; el conformista sostiene lo siguiente: “No vamos a arriesgar más de la cuenta”, en cambio el arriesgado dice: “Extendamos las estacas, ensanchemos nuestro territorio”; el conformista eleva su frase más significativa como estandarte hacia el cielo: “Más vale pájaro en mano que cien volando”, mientras que el arriesgado dice lo que alguna vez dijo el apóstol Pablo: “…me extiendo a lo que está delante…”.

El mismo Jesús se arriesgó al elegir a sus discípulos, se expuso a la traición, a la mentira, al engaño, a ser olvidado, etc, y no estoy hablando necesariamente de los discípulos que eligió inicialmente, sino también estoy haciendo mención a tí y a mí.

Lo cierto es que la gran mayoría de las personas que habitan este mundo eligen quedarse en ese estado de conformidad que les brinda lo que hasta hoy han alcanzado, y desechan la posibilidad de pensar siquiera en arriesgar algo de eso que han logrado por lograr un estado mejor. Aquellos que deciden correr ese riesgo, son solo una minoría y quienes llegan a su objetivo, son menos aún, son los “locos que el mundo necesita” para seguir avanzando.

El mundo ha logrado lo que ha logrado porque hubo quienes, absolutamente disconformes con lo que se vivía por ese entonces, decidieron dar un paso más y hoy gozamos de los beneficios de esas “benditas locuras”.

Si Jesús no se hubiese arriesgado a dejar su trono en el cielo, sino se hubiese decidido a amarnos aún sabiendo que podemos fallarle, nunca hubiese sabido lo que podría haber sucedido en nuestras vidas,… ¡mucho menos nosotros!

Ahora bien, ¿Cómo saber si eres un hombre o una mujer arriesgado/a? ¿Cómo te puedes convertir en un hombre o una mujer arriesgado/a?

1) Deja de esperar las condiciones perfectas para hacer aquello que deseas o sueñas alcanzar. Dice el texto de arriba que quien mira al viento no siembra, y quien mira a las nubes no segará, es decir, si nos ponemos a mirar las condiciones y esperamos que sean las ideales es probable que nunca hagamos algo.

¿Quieres emprender un negocio? Hazlo ya. ¿Quieres iniciar un ministerio? Decide hacerlo desde este preciso instante. ¿Tienes algún proyecto que vienes postergando? Hoy  es el momento de darle acción al mismo. No mires lo que hay en tu billetera hoy, ni cuanto apoyo tienes, etc, decide hacer algo ya.

2) Piensa en la recompensa, no en lo que puedes perder. Cuando David estuvo en el frente de batalla, lo primero que preguntó fue: “¿Qué le darán a quien logre vencer a este filisteo?”. ¿Es que acaso no sabía que la muerte lo estaba acechando también? De alguna manera, el arriesgado tiene también un cierto grado de inconsciencia, que le permite hacer lo que de otra forma no haría.

Piensa en las recompensas que tendrás cuando alcances lo que vienes soñando hace algún tiempo, no pienses que vas a perder, y si aún ocurriera eso, debes saber que los arriesgados son los que cambian el mundo, nunca verás a un conformista cambiar el mundo.

¿No me crees? Pregúntale a Simón Pedro, él mejor que nadie sabe lo que es arriesgarse y hundirse en el intento, pero la historia lo muestra unos años después de ese aparente fracaso, siendo parte de aquel grupo que trastornó el mundo entero.

Mi querido amigo, querida amiga, no te conformes con lo que has logrado hasta hoy, hay mucho más por conquistar. No te pases la vida esperando las condiciones ideales para hacer aquello que sabes debes hacer, hoy es el tiempo, ahora es el momento de lanzarte a la acción. ¡Arriésgate, y cambiarás tu mundo! ¡Sé parte de ese grupo de locos que el mundo necesita!

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.