Me amas como te amas

Escrito el 09/09/2014 - 11:02pm Por Diego Carrasco

VALORARTE

“Amarás a tu prójimo como a tí mismo”. (San Mateo 22.39)

Los seres humanos somos por naturaleza seres egoístas y faltos de amor hacia nuestro prójimo, pues muchas veces no nos preocupamos por lo que puedan estar pasando o sintiendo otros, solo vivimos preocupados por nuestras vidas y en alcanzar lo que deseamos.

Nos volvemos insensibles al pensar solo en nosotros y no atender a lo que le sucede a quien está a nuestro alrededor. En ocasiones vivimos señalando a quienes tal vez cometieron un error y lo consideramos algo imperdonable. Ahora bien, ¿Quiénes somos nosotros para hacer a un lado a quien falló o se equivocó? ¿Será que nos creemos invulnerables o perfectos?

Recuerdas cuando llevaron a una mujer pecadora delante de Jesús pues la acusaban y la tenían por el suelo, pero que palabras tan acertadas las de nuestro Señor Jesús: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, y es que muchas veces somos así como esos que juzgaban a esa mujer y nos sentimos que somos perfectos y que nunca cometemos errores.

La Biblia también nos recuerda que debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros.

Creo que es tiempo de cambiar esas actitudes de indiferencia, de intolerancia y de falta de amor hacia el prójimo, porque en definitiva, es Dios el que está demandándonos que amemos y perdonemos a otros tal cual él nos amó y perdonó. Como él nos recibe y no nos deja excluidos de sus planes por nuestros errores, así espera que hagamos con aquellos que nos rodean. Es solo cuestión de que lo decidamos en nuestro corazón,…y luego, accionemos.

¿Alguna vez ha pensado en qué quiso decir Jesús al ordenarnos que ame­mos al prójimo como a nosotros mismos?

Él no dijo que tenemos que amar al prójimo y listo, porque eso también lo podríamos hacer a distancia. Podríamos hacer una parte pequeña respecto de lo que hacemos por nosotros, pero aún así, estaría bien.

Sí, habría resultado más cómodo que Jesús dijera: “Amad al prójimo”. Pero no, dijo que tenemos que amar al prójimo como a no­sotros mismos.

Ahora repito la pregunta: ¿Qué significa amar a alguien como a uno mis­mo? Pensemos por un instante lo siguiente. ¿Nos ocupamos o no de nuestras necesidades? ¿Cuando tenemos un interés personal, queremos satisfacerlo o nos da lo mismo? ¿Cuando tene­mos una necesidad, queremos satisfacerla? ¿Cuando tenemos un deseo buscamos cumplirlo o podemos vivir sin ese deseo realizado? ¡Que interesante!

¡Aceptémoslo, no nos engañemos! Cuando tenemos algún deseo o inquietud, buscamos satisfacerlo como sea, y no paramos hasta que eso está resuelto. Solo así podremos dormir en paz.

Nos ocupamos de nosotros mismos. Nos amamos. Amar es ocuparse de las necesidades. Aceptémoslo. Nos ocupamos de nuestras necesidades. Cuando tenemos un interés personal, queremos satisfacerlo. Cuando tene­mos una necesidad, queremos satisfacerla. Cuando tenemos un deseo, quere­mos cumplirlo. Si tenemos una esperanza, queremos que se cumpla.

Nos preocupa nuestro bienestar, nuestra comodidad, velamos por nuestra seguridad, nuestros intereses y nuestra salud, sea física, espiritual, temporal y eterna. Nos preocupamos muchísimo por todos y cada uno de nuestros asuntos. Buscamos nuestro propio placer.

Pues bien, esta es exactamente la forma en que tenemos que amar a los demás,… ¡porque es la forma en la que Jesús nos amó a nosotros!

Mi querido amigo, querida amiga, no hay manera más clara y concreta de demostrar que amamos a alguien, dando y dándonos.

Amar a otros como nos amamos a nosotros mismos quizá no sea tarea sencilla, pero es un mandato. Y los mandatos no se razonan, se obedecen.

¡Que tengas un día híper bendecido!

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.