¡No te canses!

Escrito el 24/11/2015 - 6:46pm Por Diego Carrasco

BIEN

“No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, sino desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, mayormente a los de la familia  de la fe”. (Gálatas 6.9 y 10)

Cuando empezamos a leer detenidamente la Biblia, cuando estamos abiertos a que el Espíritu Santo nos guíe, enseñe, corrija, revele, etc, podemos llegar a la siguiente conclusión. ¡Cuán simple y sencillo resulta el Evangelio!

Si miramos el Evangelio que enseñaba Jesús, veremos y notaremos que sus enseñanzas eran muy claras, precisas, y fáciles de asimilar y entender tanto para adultos como para niños.

Hoy en día, pareciera ser que, mientras más difícil sea la enseñanza, ¡mejor! Mucha gente buscando impresionar con sus conocimientos, tantos, que al final terminan enredando a la gente, confundiéndola, y llevándola a un estado peor del que ya estaban.

Déjame decirte algo. Si tú tienes el privilegio de enseñar la Palabra tienes que dar lo mejor de ti, procurar que quienes te escuchan hayan entendido el mensaje que compartiste, o de lo contrario, nada habrá tenido sentido, habrá sido en vano todo esfuerzo realizado.

Tienes que entender que la gente que va asiste a tu congregación, tiene que salir con Jesús en el corazón, si eso no sucede, entonces podrás haber pasado un lindo tiempo, pero todo ha sido en vano, ¡te guste o no esto es así!

Pablo les dice a los gálatas: “Muchachos, no se cansen de hacer el bien”. Ahora bien, podríamos preguntarnos y entrar a filosofar acerca de que es el bien. Veamos que nos dice el diccionario.

“Un conjunto de buenas acciones (acciones bien ejecutadas) que propugnan lo bueno para el propio individuo, o para terceros, o para una causa, o para la sociedad en general”.

Hacer el bien, entonces es, accionar en favor o a favor de un tercero. Pero además, agrega algo, que como consecuencia de hacer el bien, de actuar bien, nosotros seremos también recompensados. ¿No es fantástico?

Primera enseñanza entonces es: Cuando hacemos el bien, obtenemos recompensa. Quizá esa recompensa nunca venga de la persona a la que le has hecho bien, pero Dios sabrá bendecirte por el bien que has realizado a favor de otros.

Muchas veces he oído las siguientes declaraciones: “No ayudo a nadie más”, “No me toman más por tonto”, “A partir de ahora mi mano se cierra”, “Que no cuenten más conmigo”, etc, y tantas otras frases, haciendo alusión a decepciones que han vivido por haber ayudado y no haber sido reconocidos.

Déjame decirte que Dios no es deudor de nadie, y todo lo que hagas a favor de otros, Él lo sabrá recompensar de manera asombrosa. ¡No olvides esto!

Segunda enseñanza: La recompensa por hacer el bien viene a quienes no se cansan y no desmayan en su buen accionar. Es fácil cansarse por causa de la ingratitud, pero si te cansas y abandonas, entonces perderás la recompensa, te quedarás sin los beneficios que trae el haber accionado bien.

Decide seguir sembrando buenas acciones a favor de otros, aunque la ingratitud sea la paga, aunque la traición sea el cambio que recibes por haber hecho algo bueno, ¡no dejes de hacerlo! Quiero compartirte la letra de una canción que dice así.

“Aunque sientas el cansancio, aunque el triunfo te abandone,
aunque un error te lastime, vuelve a empezar.
Aunque una ilusión se apague, aunque una traición te hiera,
aunque el dolor queme tus ojos, vuelve a empezar.
Aunque ignoren tus esfuerzos, la incomprensión corte tu risa,
aunque la ingratitud sea la paga, aunque todo parezca nada,
vuelve a empezar.

Aunque pasen cosas tristes, aunque tú nos las comprendas,
y tu mente no lo entienda, vuelve a empezar.
Aunque creas que te caes, aunque tu cuerpo resbale,
y el temor te sobresalte, vuelve a empezar.
Aunque no tengas recursos, aunque no te queden fuerzas,
aunque pienses que estás solo, hay alguien a tu lado
que no te deja desamparado, vuelve a empezar.

Vuelve a empezar, vuelve a empezar,
que aún queda mucho por andar, muchas pruebas aún deberás pasar,
y de su mano, las podrás soportar.
Vuelve a empezar, vuelve a empezar
porque la prueba es necesaria y aún el oro es probado.
Por eso y muchas cosas, vuelve a empezar,
vuelve a empezar”.

Mientras copiaba la letra, también disfrutaba de la canción completa. Aunque te hayan pasado mil y una cosas negativas, no dejes de hacer el bien.

Tercera enseñanza: El hacer el bien, no es solo a mi amigo, conocido, sino a todos, y más aún, si se trata de un hermano en la fe. Nos resulta bastante sencillo ayudar a un amigo, a un conocido, pero ¡qué difícil es cuando tenemos que ayudar a alguien con quien no tenemos mucha simpatía, y sobre todo, cuando no tenemos la seguridad de que nos devolverá el favor! ¿O me equivoco?

Mi querido amigo, hacer el bien hace el bien dice alguien por ahí, y tiene razón. Cuando tendemos la mano a favor de otros, Dios extiende su mano en favor nuestro, ¡no olvides! Esa será tu mayor recompensa. ¡Que tengas un día híper bendecido!

 

 

 

 

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.