El primer lanzamiento del año para Coalo Zamorano, el sencillo «Parece que fue ayer», es una dulce canción compuesta para conmemorar los XV años de su hija, Laura Lorena, pero cuya grabación sale a la luz hoy, años después, celebrando la fidelidad de Dios en la vida de ella.
«Parece que fue ayer» refleja el ayer y el hoy en la relación padre-hija. Está llena de memorias y nostalgia, acompañadas de suaves notas. Desde el primer encuentro con su recién nacida, hasta verla convertida en mujer, la composición recorre la historia de su vida y de la permanencia del amor paternal. Gradualmente, los versos avanzan para desembocar en la gratitud del corazón hacia Dios por escuchar y contestar las oraciones de un padre por su hija.
Coalo Zamorano compuso y grabó esta canción hace casi nueve años como un regalo personal para Laura Lorena, sin la intención de lanzarla como un sencillo musical. Sin embargo, en ocasión de la boda de su hija, hace poco más de un año, pensó que ese tema sería ideal para celebrar su vida hasta ese punto y le pidió fuera el tema para el baile que tradicionalmente se comparte entre padre e hija en la boda. «Bailamos con esta canción y ahí fue donde me di cuenta de que necesitaba sacarla, porque a mucha gente le había gustado; la escucharon y la gente quería saber dónde estaba disponible», explica él. «Empecé a trabajarla un poco más para lanzarla. “Parece que fue ayer”, como lo dice el título, es simplemente recordar las cosas que he vivido con ella cuando era pequeña, y son de esas canciones muy emotivas, pero muy personales por su letra».
Los arreglos fueron hechos por Sergio González y la voz es de la grabación original, a la que solo se agregaron piano y cuerdas, que fueron hechas por el tecladista Mike Rodríguez.
Para celebrar este lanzamiento, Coalo Zamorano estrena este mismo día un videoclip grabado en Dallas, mayormente en el sitio en el que su hija se casó. Producido, dirigido y editado por su gran amigo, Travy Joe, presenta escenas del ayer y del hoy, remontándose a la infancia de Laura Lorena, y mezclando imágenes originales de la boda —momentos como la entrada y la entrega— con tomas posteriores, aprovechando además la naturaleza que rodea al lugar para lograr tomas cálidas y tiernas.
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