Problemas del Corazón

Escrito el 25/11/2014 - 10:07am Por Diego Carrasco

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. (1º Samuel 15.22 y 23)

En este post, quiero que juntos reflexionemos acerca de lo que Dios espera de nosotros. Hay una serie de palabritas que están en negrita, porque justamente quiero que meditemos sobre la importancia de cada una de ellos, y cómo éstas afectan a nuestra vida para bien o para mal. Veamos de que estamos hablando cuando hablamos de rebelión. Presta atención al concepto: “Sublevarse u oponerse a la autoridad”.

La rebelión o rebeldía es lo contrario a obediencia. Cuando hablamos dentro de las escrituras sobre rebeldía, nos estamos refiriendo a oponernos a la voluntad de Dios, en otras palabras desobedecer la voz de Dios es el principio fundamental de la rebeldía.

Pero ¿acaso hay alguien que no haya desobedecido la voz de Dios? ¿Acaso hay alguien que haya alcanzado tal perfección de no desobedecer a una orden de nuestro Padre? Probablemente la respuesta a esta última pregunta sea un contundente NO, pero lo cierto es que no debe ser un justificativo el pensar que no hay ser humano que no haya desobedecido a Dios, sino que debemos procurar por todos los medios que la palabra que Dios nos ha hablado se cumpla sin omitir ni un ápice de la misma.

Otra definición de lo que es rebeldía bien podría ser: “hacer aquello que Dios me dijo que no hiciera, o no hacer aquello que Dios me pidió que hiciera”. Ahora bien. ¿En qué radica la rebelión? ¿Cuál es su origen? Pues simple y sencillamente el problema de la rebeldía radica en el corazón, en un corazón que no ha sido rendido completamente a la voluntad de Dios.

La palabra de Dios nos dice en el Evangelio de Mateo capítulo 15.19 lo siguiente: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las inmoralidades sexuales, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias”.

Podríamos agregar otras tantas cosas que nacen en el corazón y que son altamente destructivas para el ser humano, porque destruyen nuestra relación con quienes nos rodean,… ¡y fundamentalmente destruyen nuestra relación con Dios! Esto es lo que debemos tener presente, la rebeldía nos aleja de Dios. ¿No me crees?

Observa lo que le ocurrió a Lucifer y te darás cuenta que Dios no soporta a los rebeldes,… ¡los quiere bien lejos de su presencia! Lucas 6:45 nos dice lo siguiente: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón, saca lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Nuevamente vemos en este texto que el problema radica y nace en el corazón del ser humano.

El pecado mismo de Satanás, la rebelión y el engaño nacieron en su corazón, según nos cuenta la palabra de Dios en Ezequiel 28.17. “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura; Corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Te arrojé en tierra, Te puse delante de los reyes, Para que vieran en ti un ejemplo”.

Ahora bien, miremos algunas cosas que sucedieron en la vida de Saúl, rey por aquel entonces y aprendamos de este hombre para que no nos ocurra lo mismo que le sucedió a él por causa de su rebelión.

1) Tu posición no te habilita para hacer lo que quieras. Saúl pensó que por ser Rey podía tener ciertas licencias, inclusive el pasar por alto la palabra de Dios. Ten cuidado, no creas que por ser líder de algún grupo, más pequeño o más grande, puedes hacer lo que te venga en ganas. Estás en ese lugar porque Dios así lo ha querido, pero no para que hagas lo que no corresponde.

2) Dios está más interesado en lo que eres que en aquello que haces. A veces creemos que podemos impresionar a Dios haciendo ciertas cosas, e inclusive creemos que Dios descenderá del cielo a aplaudirnos por nuestra determinación a realizar ciertas actividades. La pregunta es: ¿Es eso que estás haciendo correcto a los ojos de Dios? ¿Está agradando a Dios? ¿O solo está manifestando el corazón rebelde que hay en mí? Lo que haces puede ser muy bueno, puede ser excelente, puede que haya muchos que te aplaudan, pero sino tiene el consentimiento y aprobación de Dios, entonces simple y sencillamente se trata de un acto de rebeldía de tu parte, y eso te alejará de Dios.

3) La obediencia a Dios se manifiesta en la obediencia a las autoridades que hay sobre mí. ¡Cómo nos cuesta entender este principio! No se trata de una buena idea o de un buen concepto, es un principio espiritual que, al cumplirlo, me aseguro la bendición de Dios sobre mi vida. Dice la Biblia en el libro de Romanos 13.1 que debemos “someternos a toda autoridad superior, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay por Dios han sido establecidas”. ¡Más claro, echémosle agua!

Toda autoridad ha sido puesta por Dios, y es nuestro deber obedecer lo que ellos nos dicen, excepto cuando lo que se nos pide va contra lo establecido por Dios, pero sino hay motivos, entonces debo hacer lo que corresponde, caso contrario, será considerado un acto de rebeldía.

Recuerda esto: cuando no obedeces a tu líder, simple y sencillamente estás desobedeciendo también a Dios. Quien no obedece a la autoridad visible, tampoco obedecerá a la Autoridad “Invisible” de Dios. Es mentira eso de que: “bueno, yo obedezco a Dios pero a mi líder no puedo obedecerlo porque no estoy de acuerdo con él”. Tal persona que argumenta eso, simple y sencillamente es mentirosa. Punto.

4)La rebeldía te aleja de Dios. Dice el texto de arriba que por cuanto Saúl desechó la palabra de Dios, Dios tomó la misma actitud con Saúl. Quiero que entendamos bien lo siguiente: Cuando menospreciamos la palabra de Dios, estamos menospreciando directamente a Dios. De la forma en que tratemos la palabra de Dios, así seremos tratados por Él, nos guste o no. A Dios le molestó muchísimo la actitud de Saúl porque atentaba contra su autoridad.

La palabra misma de Dios representa a Dios y su autoridad, en consecuencia, Saúl se estaba convirtiendo en enemigo de Dios, tal como le ocurrió a Lucifer.

Mi querido amigo, la rebelión te aleja de Dios totalmente y termina conduciéndote a la muerte espiritual y física. Saúl terminó sus días, totalmente alejado de Dios, muerto espiritualmente al punto que llegó a pedir consejo a una bruja o adivina, y finalmente, ya no pudiendo con el peso que la rebelión había provocado en su ser, termina quitándose la vida con su propia espada.

Luego, sus enemigos terminan decapitándolo, convirtiéndose así en un trofeo de guerra para ellos. Que no seamos nosotros objetos de burla y vergüenza a nuestro Dios, porque no supimos cuidarnos de la rebeldía. Cuidemos nuestro corazón de toda actitud rebelde, obstinada. No lo sabes todo, no eres mejor que los demás, eres simplemente un hombre o una mujer a quien Dios ha mirado y ha dado una oportunidad de hacer algo diferente en este tiempo, pero cuida tu corazón del orgullo, de la soberbia, de la rebeldía, no sea que ésta te aleje de Dios y acabe luego con tu vida.

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.