¿Qué estás buscando?

Escrito el 11/03/2014 - 8:43pm Por Diego Carrasco

PAR 2

“No es bueno que el hombre esté solo, Le haré ayuda idónea”. (Génesis 2.18))

Entendamos bien lo siguiente. Cuando en nuestra sociedad alguien dice referido a otra persona que “es perfecto o perfecta”, está haciendo alusión a algo o alguien que “a simple vista no tiene error”.

Cuando una mujer dice: “es el hombre perfecto”, está diciendo que ese hombre tiene todo lo que ella anhela encontrar en un varón. Pero en realidad, está siendo impresionada por lo que VE, y no por lo que CONOCE de él.

Quizá la impresione su buen hablar, su manera de vestir, su caballerosidad, su generosidad, etc, pero es algo que no puede saberse a ciencia cierta si ese es su estilo de vida, o tan solo algo para impresionar.

Los hombres también suelen rotular a las mujeres de “perfectas”, aunque ésta perfección humana está basada en cosas como: tener medidas perfectas (entiéndase cuerpo voluminoso, o 90-60-90 que es una medida que alguien utilizó para sugerir que una mujer tenía cuerpo perfecto), buen vestir, etc.

Una buena y saludable relación de pareja nunca puede estar fundamentada en cosas tales como un buen físico, un buen vestir, etc, porque esa mujer que hoy te atrae por su físico 90-60-90, algún día a causa de los hijos y del mismo paso del tiempo, lo verá modificarse.

Y ese hombre que te sedujo con su físico impresionante, algún día quizá también lo vea desaparecer, verás como esos abdominales han desaparecido y en su lugar ha crecido una prominente pancita, y queden solo imágenes mentales de lo que alguna vez fue, entonces basar una relación de pareja solo porque alguien tiene un cuerpo de modelo o un físico escultural, es una señal de alarma, nunca puedes basar tu relación sentimental en el aspecto físico del otro, aunque también debemos reconocer que es lo primero que nos atrae o llama la atención.

Quiero que veamos dos conceptos: a) Perfecto b) Idóneo.

a) Perfecto: “Que tiene todas las cualidades requeridas”. b) Idóneo: “Que tiene aptitud para alguna cosa. Adecuado”.

“Le haré ayuda idónea”, es decir y de acuerdo a la definición que vimos anteriormente, Dios estaba pensando en alguien adecuado, que esté apto para fundar lo que se conoció luego como familia.

Veamos. El hombre perfecto o la mujer perfecta no existen, porque simple y sencillamente,… ¡todo ser humano aunque es creado de manera perfecta, comete errores! Para entender mejor este asunto, necesitaríamos retrotraernos a la génesis de la historia, pero esa no es la idea, al menos en esta ocasión.

Por lo tanto, tampoco existe la pareja perfecta, y cuando la pareja fracasa es porque ha habido errores en cuanto a la comprensión de la misma, entonces debemos tener presentes que no podemos ni debemos hacernos a la idea de que mi pareja es perfecta, porque creer eso puede generar mucho daño a la pareja en cuestión. No busques a la mujer perfecta u hombre perfecto, busca a la mujer idónea, al hombre idóneo, es decir, el que se adecúe a tí, y tú a él.

El perfecto jamás lo encontrarás, busca al idóneo, al que está apto, al que está preparado para compartir su vida contigo. ¿Qué sucede cuando pensamos que la persona que esta a nuestro lado tiene que ser perfecto o perfecta? Entramos en un mundo irreal, de idealizaciones que nos terminan haciendo daño. Recuerda esto: No idealices a nadie. Debemos tomar contacto con la realidad del otro, una realidad que elegimos compartir cada día de nuestras vidas, porque es lo que verdaderamente amamos, y con lo que verdaderamente conviviremos.

Si idealizas a tu pareja, estarás amando a alguien que en realidad no es, no existe, tienes que aprender a amarlo y respetarlo tal como él o ella es, entendiendo que tú tampoco eres perfecto. Tú también te equivocas, tú también cometes errores. Y ese reconocimiento de que no hay tal perfección, trae salud a la pareja.

Por eso, cuando busques pareja, o cuando mires a tu pareja recuérdalo. No hay nadie perfecto, todos cometemos errores. Para aquellos que buscan pareja, el hecho de que nadie sea perfecto no debe ser un motivo para decirse a sí mismos: “bueno, como nadie es perfecto, agarro lo primero que me venga a la mano”, porque esto puede ser motivo de futuros problemas.

El miedo a la soledad no debe hacer que apures decisiones como ésta, tan importante y tan significativa, ya que será o al menos así debiera ser, por el resto de tu vida. Si consultas a Dios, te aseguro que él sabrá guiarte hacia aquella persona idónea, adecuada, apta para tí. Él fue quien pensó en esa ayuda especial. Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.