Tú puedes ser Campeón!

Escrito el 21/06/2018 - 9:55am Por Diego Carrasco

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“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…” (Hebreos 12.2, RV1960)

Cada 4 años suele ocurrir un acontecimiento que acapara la atención del mundo entero, estamos haciendo referencia al Mundial de Fútbol. En esta oportunidad, el país anfitrión es Rusia. Países enteros paralizados por esta pasión…

La “fiebre mundialista” llena corazones de miles de personas a lo largo y ancho del Planeta Tierra, todos alentando a su selección, todos tras un mismo sueño: ser Campeones del Mundo…

Los equipos se preparan para llegar de la mejor manera, elaboran estrategias según la idea que cada Director Técnico tenga en mente, se seleccionan a los “considerados mejores” de cada nación, ¡y a competir se ha dicho!

Pero todo deportista sabe, que hay cuestiones que no debe permitirse, hay licencias que nunca serán concedidas o nunca debieran concederse a sí mismos, porque de lo contrario, el sueño de alcanzar la meta, de lograr el máximo galardón, nunca será realidad, será siempre un sueño, y déjame decirte que un sueño que nunca se concreta, termina transformándose en una eterna pesadilla, un sueño postergado es una puerta abierta a la depresión,… ¡piénsalo un momento!

¡Miles son los que, miran como el tiempo transcurrió y hoy solo son una sombra de lo que alguna vez imaginaron ser! Sueños que, por alguna razón, hoy los atormentan, vidas frustradas que han dejado de vivir, solo respiran…

Mi estimado amigo, compañero lector, quiero que veamos tres cosas que tú y yo deberemos tener muy presente si es que deseamos ser Campeones de la Vida, esa vida que el Creador nos ha regalado para que seamos plenos y felices. Presta atención, por favor…

1) No Pierdas de Vista el Objetivo. “… la carrera que tenemos por delante…”, dice el texto que da pie a esta reflexión. Todo deportista de alto rendimiento, sabe que cuando ha perdido de vista el objetivo para el cual se prepara, cae en un estado de insatisfacción, no queriendo continuar entrenando como suele o solía hacerlo, ya no tiene motivación suficiente para levantarse cada mañana, pero mientras los objetivos estén claros, nada podrá detener a ese hombre o esa mujer, ¡nada!

Los problemas cotidianos, las cuestiones de todos los días, pueden llevarnos a perder de vista el objetivo, la razón del porqué hacemos todo lo que hacemos. Será parte de nuestra tarea el recordarnos de manera diaria cual es nuestro objetivo, que fue aquello que nos impulsó a iniciar dicha tarea.

Cuando pierdes de vista el objetivo por el cual diste inicio a ese proyecto en el que estás, es cuando dejas de hacerlo con entusiasmo, ya no tienes la motivación ni las ganas ni el impulso necesario para seguir esforzándote, por el contrario, solo piensas en abandonar la práctica. Ocurre con muchos cristianos alrededor del mundo que, motivados por el amor a Cristo, dieron inicio a maravillosos e increíbles proyectos, pero a medida que fue pasando el tiempo, las circunstancias lograron apagar el entusiasmo y el objetivo final se fue perdiendo de vista.  ¡No abandones! ¡No pierdas de vista el objetivo final por el cual iniciaste tu labor!

2) Elimina de tu vida todo aquello que te puede llevar a la Descalificación.  “…despojémonos de todo peso, y del pecado que nos asedia…” Todo atleta sabe que debe quitar, eliminar de su vida cosas, hábitos, costumbres, etc. que no lo dejarán lograr su objetivo: el campeonato. Todo deportista sabe que, si quiere ser campeón, deberá prestar atención a los detalles, a esas cosas que parecen “hasta insignificantes”, porque en ellas está el secreto de los campeones. Mi querido, los campeones están atentos a los detalles, cuidan hasta lo más mínimo, porque se han trazado un objetivo, y no lo negocian.

Tal vez descubres que hay hábitos que has permitido en tu vida y que atentan contra tu objetivo. Si quieres ser campeón de la vida, deberás prestar atención a los detalles, porque ellos marcarán hasta donde llegarás. Desecha la mediocridad, el conformismo, desecha todo hábito pecaminoso que te distrae, observa dónde estás invirtiendo tu tiempo y dinero, etc. ¡Cuida los detalles! ¡Elimina todo lo que atenta contra tu objetivo! Despójate de todo aquello que genere peso en tu vida, llámese pecado, amistades “peligrosas”, cuestiones improductivas, etc., ¡y ve por el campeonato!

3) Valora y disfruta el Proceso. “… corramos con PACIENCIA…” Paciencia, palabra vital en la construcción de grandes objetivos y/o proyectos, metas, sueños. Paciencia, palabra a la que muchos no suelen prestarle atención, porque tal vez lo que se busque sean resultados rápidos. Pero déjame decirte, que sin Paciencia, nunca lograrás algo trascendental.  Sin Paciencia, jamás llegarás a tu destino, sin Paciencia terminarás abandonando al primer problema que se te presente.

¡Sé Paciente! Corre pacientemente, con la certeza de que estás siendo parte de un proceso en el que finalmente, verás cumplirse los objetivos trazados. Recuerda: No hay Progresos sin Procesos. Tienes todo para ser Campeón, Potencial, Talentos, Recursos, etc. ¡No lo despilfarres! ¡Ve por el Campeonato! Hay una gran hinchada, que de manera incesante, grita y corea tu nombre, que te alienta a continuar, a no desviarte del objetivo trazado. Te bendigo…!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.