Una brújula para el camino

Escrito el 05/11/2013 - 10:03pm Por Diego Carrasco

brujula

“Escúchenme, ustedes, los que dicen: Hoy o mañana iremos a la ciudad; allí nos quedaremos todo un año, y haremos buenos negocios y ganaremos mucho dinero. ¿Cómo pueden hablar así, cuando ni siquiera saben lo que les va a suceder mañana? Su vida es como la niebla; aparece por un poco de tiempo, y luego desaparece. Más bien, deberían decir: Si Dios quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Sin embargo, a ustedes les gusta hablar con orgullo, como si fueran dueños del futuro, y eso es muy malo. Si ustedes saben hacer lo bueno y no lo hacen, ya están pecando”. (Santiago 4.13 al 17)

La planificación es uno de los aspectos más importantes en el proceso hacia la conquista de aquellos sueños y objetivos que están en nuestro corazón. Todos sabemos que con una buena planificación los resultados son mucho más previsibles y por ende, es un buen augurio para una evaluación satisfactoria. Al hacer la planificación correspondiente, sabremos cuando estamos en la dirección correcta, o cuando nos estamos desviando.

Tener un sueño no significa que las cosas se vayan a realizar así nomas, necesito pasar del plano de la idealización de lo que podría ser al de la acción, es decir, moverme para concretar. El hecho de que tengamos la capacidad de tener un sueño nos indica que somos distintos a un alto porcentaje de la población de este mundo, porque hay quienes se limitan a sobrevivir y dejarse llevar por las situaciones o circunstancias de la vida.

También es realmente cierto, que muy pocos planifican. Algunos creen que al elaborar un plan detallado están dejando de lado a Dios, nada más alejado de la realidad! Tener un plan bien elaborado y detallado nos permitirá accionar cada día de la manera apropiada, dando pasos concretos en pos de la consecución de nuestro objetivo.

La planificación precisa nos permitirá hacer un uso correcto de los recursos de los que disponemos: materiales y humanos, tiempo, etc.

Ahora bien, quiero hacer mención de algunas verdades respecto a esto.

1) No conocer el futuro no es impedimento para que elaboremos un plan para el futuro. Dios no nos dice ni nos impide que planifiquemos para el futuro, al contrario, como parte de la sabiduría la planificación es buena y necesaria, aunque no sepamos lo que viene por delante. Un buen plan, pensado y elaborado con total honestidad, nos hace tener claridad en cuanto a lo que estamos queriendo para nuestra vida, es una brújula en nuestro camino.

2) Es sabio planificar pero tomando en cuenta siempre a Dios, no olvidándonos de él. Planifica, pero según lo que Dios ha pensado como lo mejor para tu vida.

3) Debemos elaborar un plan de acción. Confiemos el futuro nuestro y de los que amamos a Dios y vivamos un día a la vez. Lo más prudente, sabio y sensato es decir: “…si Dios quiere haremos esto, o aquello”. Disfrutemos de cada momento que nos es permitido vivir, gocemos de esos detalles de la vida, pero no nos quedemos a vivir allí. No demoremos aquello que sabemos que debemos hacer, porque la vida es breve, y para lograr los objetivos que nos hemos trazado debemos aprovechar al máximo cada minuto que nos otorga el Creador.

Haz planes, incluye en ellos a los tuyos, a tu esposa o esposo, hijos, aquellos que amas. La vida es breve, y debemos aprender a vivir bien y mejor cada día. El teólogo francés Jean de Gerson dijo alguna vez lo siguiente: “Al final, no os preguntarán que habéis sabido, sino que habéis hecho”.

Tomate unos minutos en quietud, papel y bolígrafo en mano, y medita que es lo que quieres para tu vida, adonde deseas llegar. Traza, elabora un plan detallado, minucioso, no olvides incluir a Dios,  y entonces, solo entonces podrás entender que un buen plan meditado seriamente es la mejor brújula para tu camino. Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.