Tras vivir una de las experiencias más difíciles de su vida al estar postrado en cama y experimentar una grave enfermedad, Harold Guerra regresa a la escena musical junto con su esposa Elena Witt-Guerra para expresar «Bueno eres, Dios».
El nuevo tema musical se convierte en el primer corte promocional del matrimonio Guerra luego de decidir que cantarían juntos como matrimonio. «El llamado de Dios para nosotros, como familia. Esto lleva el corazón de Elena y mío. Cambiamos de productor, así que esto cambió las influencias. Lo que cantamos ahora es lo que sale del altar de nuestra iglesia todos los domingos», comenta Harold Guerra quien junto a su esposa son líderes de alabanza en su iglesia local, «ahí fue donde la influencia musical cambió y en cuanto a la letra de la canción, fue sembrar lo que yo anhelaba cosechar en ese momento de mi vida».
La canción «Bueno eres, Dios» es una invitación a celebrar la bondad de Dios al ritmo de pop electrónico acompañado de programación y sintetizadores; fue compuesta por Harold junto con Carlos Almarza, quien produjo tanto la canción como la producción musical del matrimonio.
La complicación en la salud de Harold Guerra fue una etapa bastante difícil pues el cantante perdía la energía constantemente debido a una disfunción del nervio vago que le diagnosticaron en el 2015. Harold comenta: «Fue literalmente todo lo que mi cuerpo no “quería” hacer. En mi caso, cuando se enciende la señal que dice “baja las revoluciones”, no se apaga; mis palpitaciones comienzan a bajar al punto en que no llega suficiente oxígeno a la sangre y el cerebro, y pueden venir desmayos, etc.».
Junto con el lanzamiento del corte promocional, Harold y Elena también estrenan el videoclip de «Bueno eres, Dios». El videoclip fue filmado en Houston y dirigido por Jessi Peña, envuelve una variedad de escenas desde una sala de jóvenes en una congregación hasta una caja blanca de tela. A lo largo del videoclip, la pasión y confianza en Dios de Harold y Elena es claramente visible.
Ahora que Harold vuelve a la normalidad en su estado de salud, el cantante ha podido reflexionar en el privilegio de poder volver a cantar: «Mis hijos, el tiempo con ellos, Elena… el ministerio. Pasé un tiempo sin poder cantar ni pararme en la tarima, así que levantar el micrófono después de eso fue algo fenomenal, y que significaba mucho más. Había algo diferente dentro de mí que entendía que no somos eternos, que todo eso puede terminar en cualquier momento», concluye Harold.