¡No aguanto más estar solo!

Escrito el 08/09/2015 - 10:44pm Por Diego Carrasco

SOLEDAD

“No es bueno que el hombre esté solo”. (Génesis 2.18)

Una de las grandes razones por las cuales llegamos a pensar en formar una pareja es para escapar o evitar aquello que se conoce o denomina como soledad.

Pero, ¿qué es la soledad? Pues bien, el Diccionario de la lengua española define a la soledad como: “la carencia de compañía”, pero también agrega lo siguiente: “Pesar y melancolía por la ausencia, muerte o pérdida de una persona o cosa”.

La soledad es uno de los factores que enferma a muchos hombres y muchas mujeres, esto no es exclusividad de un solo sexo, cualquier hombre o mujer puede ser víctima de la soledad. La soledad conduce a muchos a la depresión, y ésta a su vez, al suicidio. Podríamos preguntarnos porque es que esto sucede, y quizá no hallar respuestas concretas, o a lo mejor sí.

La soledad y la depresión trabajan juntas, nunca lo harán de forma separada. Ambas son un cóctel explosivo, la fórmula perfecta para el desastre en la vida de la gente. Por alguna soberana razón, Dios mismo dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”.

Para muchos la soledad es caótica, no pueden afrontarla sin verse afectados psíquica y físicamente, conllevado a veces a determinaciones drásticas, como quitarse la vida o simplemente vivir aprisionados de la depresión, como mencionábamos anteriormente. Otros síntomas de trastornos psicológicos y desadaptación: ansiedad, insomnio, abuso de drogas y alcoholismo.

Existe la soledad crónica en aquellas personas que no han sido capaces de establecer relaciones satisfactorias por un período de varios años y por lo menos a través de dos etapas de su vida, como podrían ser la adolescencia y la adultez joven, o la adultez joven y la edad madura.

“La soledad”, escribe Charles Durham, “es un estado mental doloroso, un sentimiento en la profundidad del alma. Puede ser levemente irritante o totalmente paralizante”.

El Dr. Gary R. Collins agrega:
“La soledad es la dolorosa percepción de que carecemos de contactos de significancia con los demás. Incluye una sensación de vacío interior que puede estar acompañada de tristeza, desaliento, un sentido de aislamiento, inquietud, ansiedad y un intenso anhelo de ser querido o necesitado por alguien”.

EI psicólogo cristiano Craig Ellison ha sugerido que hay tres clases de soledad: emocional, social y existencial.

1) La soledad emocional ”involucra la falta o pérdida de una relación psicológicamente íntima con otra persona u otras personas. La persona emocionalmente solitaria se siente totalmente sola y puede recobrarse sólo por medio de establecer nuevas relaciones profundas con otros”.

2) La soledad social es el sentido de falta de dirección, de ansiedad y vacío. La persona siente que está “afuera”, marginada de la vida. En lugar de una relación profunda con un compañero específico, la persona socialmente solitaria necesita un grupo de amigos que la acepten y apoyen, y la habilidad de relacionarse con otros.

3) La soledad existencial se refiere al sentido de aislamiento que ataca a la persona que está separada de Dios y que siente que la vida no tienen ningún significado ni propósito. Estas personas necesitan tener una relación madura y creciente con Dios, preferentemente dentro del entorno de una cálida comunidad de cristianos.

Ahora bien, como vemos claramente la soledad tiene sus efectos sobre la vida de las personas, y tú y yo debemos entender que nunca fue ni será la idea de Dios de que vivamos nuestras vidas en soledad, ¡nada más incorrecto!

Y ese sigue siendo el pensamiento de Dios para toda persona. Dios mira al hombre y lo ve solo, y automáticamente piensa: “No es bueno que esté así, vamos a proveerle una compañía, vamos a buscarle alguien con quien pueda ser lo que debe ser”.

Es allí cuando piensa en la mujer. De esa manera, lo que Dios está haciendo es borrar esa sensación de que la soledad debe ser algo permanente y eterno, para que solo sea un estado transitorio, pasajero, un estado que culminará cuando el hombre o la mujer encuentre a su compañero o compañera, según sea el caso.

Repito esto. Dios no ha cambiado de idea. Los siglos han pasado, las generaciones se han sucedido, pero Dios sigue sosteniendo lo mismo que dijo ayer, Dios no cambia!

Por eso este mensaje es esperanzador para aquellos que sienten que el paso del tiempo les está robando la fe y la confianza de algún día encontrar a su pareja, a su hombre o su mujer. No fuiste pensado por Dios para vivir tu vida en soledad. ¡La soledad no es tu herencia, recházala!

Tener una pareja te hace sentir valorado, amado, importante, y todo eso Dios lo sabe. Por eso razón quiero terminar este primer capítulo diciendo lo siguiente: Dios no se ha olvidado de tí, espera con paciencia el momento, hay alguien pensado para tí tal como Dios pensó en Eva para Adán, y viceversa.

En otras palabras, hay esperanza para tu soledad, porque Dios sabe perfectamente que tú y tú soledad no se llevan bien.

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.