Hace unos días circulaba por las redes sociales una publicación con una imagen de varios teléfonos en sus cajas. La publicación decía: «Tenemos 239 cajas de iphone 5 que no pueden ser vendidos porque ya han sido abiertos, por lo tanto los estamos dando en forma gratuita. ¿Quieres uno? Solo comparte esta foto como muestra y vamos a elegir 239 personas completamente al azar y los ganadores se publicarán aquí! Buena suerte!»
Uno de mis contactos compartió la imagen y sinceramente yo no soy de las personas que comparte cosas así pero la oportunidad se veía tentadora. ¿Será verdad? Pensé… pero ¿Y si no? ¿Que tal que no era broma e iba en serio la cosa? Que tal que pierdo la oportunidad de ganar un iphone 5, bueno a mi en lo personal esos teléfonos no son tanto de mi agrado pero hasta de eso me olvidé en ese momento!
Pero bueno al fin me decidí y compartí la publicación. Pero hasta después de haberlo hecho fue que revisé la fuente de donde provenía la publicación y era de una página llamada «iphone sorteos» y cuando ingresé a la página, oh sorpresa! La página había sido creada con un día de anterioridad al dichoso sorteo!
¿Qué hubieras hecho tú en mi lugar? Hubieses compartido la publicación también o la habrías ignorado?
Al parecer esta página fue creada con el fin de ganar seguidores pues esa era la única publicación que había en la misma. ¿Te das cuenta? Probablemente quienes compartimos aquello fuimos burlados o era como un gancho para pedirnos más información y luego quien sabe.
La verdad es que todo esto me llevó a pensar que muchas veces el enemigo de Dios nos hace lo mismo! Viene y nos presenta ofertas que parecerían oportunidades de oro que no debes desaprovechar. Pero él es tan astuto, tan mentiroso que cuando somos engañados tristemente nos damos cuenta mucho tiempo después, ya que hicimos o aceptamos cosas a cambio y muchas de estas cosas más adelante solo nos traen tristeza o vergüenza. Cuidado!
No te dejes engañar ni seducir por aquellas ofertas, por esas oportunidades que el enemigo pone frente a tus ojos que tal vez suenan bien. Y presta atención porque algunas oportunidades si provienen de Dios, y son para bendecirte pero muchas otras el enemigo las pone para desviarte del propósito de Él. Entonces ¿Qué puedes hacer? Orar, buscar la presencia del Señor. Pide al Señor antes que nada su dirección, ora antes de dar cualquier paso, reflexiona, analiza, cuestiona y no te dejes llevar simplemente por las apariencias.
Pide al Señor sabiduría para que actúes correctamente ante cualquier oportunidad que se te presente. Dios te bendiga!