Quiero en esta oportunidad, compartirles algunas enseñanzas o pensamientos extraídos de una historia muy conocida, al menos para aquellos lectores asiduos de la Biblia. Ruego a Dios que sirvan para mejorar los vínculos entre aquellos que lideran las congregaciones y quienes ministran en el área de la música, o adoración, si así lo prefieres. Acompáñame atentamente, por favor…
“Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa”. (Marcos 3. 13 al 19, RV1960)
Primera Enseñanza: Busquen momentos de intimidad. Una de las cosas que más me fascina de Jesús es que, antes de enviar a los elegidos a realizar cualquier tarea, los llamó, los apartó para que estuviesen con él, para que conociesen sus planes, etc.
Es en los momentos especiales, alejados de cualquier actividad litúrgica donde podemos conocer el corazón de quienes nos rodean y acompañan en el ministerio. Es allí donde, despojados de toda actitud “religiosa” podremos saber acerca del verdadero carácter de los que serán nuestros compañeros de milicia.
Pastor, invita a tu casa a tu líder de adoración y músicos a cenar, hazles una buena cena, reconoce y honra su servicio, hazles saber cuan importantes son, y eso hará que ellos amen la visión que Dios te ha dado. Notemos que el texto hace una descripción de los temperamentos de algunos de ellos, algo que no podemos conocer sino estamos cerca de la gente. Un consejo que puede sumar: Establezcan una agenda anual de encuentros.
Algo más que quisiera destacar acerca de la importancia de tener espacios íntimos como Pastor y Líder de Adoración. Esos espacios dan la chance de hacer los ajustes necesarios, es decir, si hay que corregir es la oportunidad justa para hacerlo. Se felicita en Público, se corrige en Privado, al menos eso hace un buen líder…
Segunda Enseñanza: Recordar una y otra vez que son un Equipo. La gran mayoría de los problemas que surgen entre los pastores y Líderes de equipos de adoración, es que aparece de manera silenciosa un bichito llamado Competencia. Nunca faltará quien le diga al Líder de adoración lo bien que hace su tarea, y que bien “puede ser el reemplazo” del pastor ante una futura ausencia de éste.
¿Cómo combatir este mal? Reconociéndose mutuamente, entendiendo el Principio de Autoridad, nadie puede tener autoridad sino aprende a estar bajo autoridad. El quiebre de este principio es lo que lleva a la Rebeldía. Anota este pensamiento: No Competimos, Nos Complementamos…
Tercera Enseñanza: Tener un espíritu “Inclusivo”. Jesús sabía que en el grupo de los elegidos había un cóctel importante de temperamentos, algunos de ellos más complejos que otros, y que eso podría en algún momento poner en jaque tal vez el trabajo a desarrollar.
A veces, encontrarás que en tu grupo hay un Simón y función será vital para que esa persona se transforme en alguien estable, tal vez encuentres un Judas o te des cuenta que hay algunos “Hijos del Trueno”, pero aún así, deberás esforzarte por incluirlos, quien te dice, tal vez mañana te den gratas sorpresas…
Pastor, Líder, si descubres gente “difícil” en tu equipo de adoración, además de orar, ten un espíritu inclusivo, no los apartes, porque tal vez esa actitud los termine alejando de la posibilidad de que sus vidas sean transformadas. Invítalos a tu hogar, compárteles tus inquietudes, tus observaciones al respecto, y diles que tienes fe y confianza en que ellos lo pueden lograr.
Veo y observo que en América Latina, una gran mayoría del liderazgo no sabemos tratar con personas de este calibre, los “mandamos al frente”, los tildamos de rebeldes que no quieren cambiar y toleramos poco, casi nada sus errores. Jesús, sabiendo que en su grupo estaban Pedro y Judas, los involucró y no los descalificó. ¡Cuánto hay por aprender de esto! Mantén una actitud paternal con cada uno de los que está en tu grupo, y cuando se equivoquen, abrázalos, contén sus vidas, diles cuánto los amas, y cuánto los ama Jesús, eso sanará sus corazones.
Quiero contarte algo para que sepas que lo que escribo no es teoría. Alguna vez fui líder de adoración y lidié con estas cuestiones que escribo, hoy soy pastor de una pequeña congregación, y el desafío es superior aún. Durante un tiempo mantuve dentro del grupo a una chica que “no tenía su vida en condiciones”, esos términos que nos gustan usar a los creyentes para hacer mención a alguien que no está bien espiritualmente. Esa chica estaba viviendo situaciones de un alto grado “pecaminoso”, y eso era motivo más “que suficiente” para apartarla del grupo, sin embargo, la mantuve allí.
Claro, no faltaron las veces de juicio que se levantaron no solo en mi contra, sino también en contra de ella, dado que ella había hecho público su estado espiritual, pero me mantuve firme en mis convicciones. Aprendamos a actuar como Jesús, que no excluyó a nadie, y logró ver vidas transformadas producto de tanta gracia derramada. Pastor, Líder, juégate por las personas que están en tu equipo de adoración, aún cuando sepas que lo que hacen no es correcto, hazles saber que no estás de acuerdo con su conducta, pero que no por ello los abandonarás.
Quizá mañana alguien se detenga a agradecerte por haber soportado tanto, y sino, en el cielo habrá registro de aquello que hayamos hecho a favor de otros, y nada quedará sin recompensa, te lo aseguro. Te bendigo!