“Los hijos de Elí era hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová”. (1º Samuel 2.12)
Hay una historia muy triste, narrada por una madre que por medio de sus palabras, relataba lo duro de tener que lidiar con un hijo que había amargado su vida al elegir caminos diferentes a los que alguna vez ella intentó enseñarles.
“Primero los tienes en tus manos, después solo en tu corazón”. Ahora bien. ¿Cuántos padres a lo largo y ancho de este hermoso Planeta Tierra están en estos momentos declarando estas mismas palabras? Lamentablemente,… ¡muchísimos!
¿Qué es lo que ha pasado? ¿Qué es lo que ha fallado? Podemos pensar y ensayar miles de respuestas, pero lo que quiero es que juntos reflexionemos en aquello que es importante delante de Dios.
Ganar de visitante, perder de local. Elí era un hombre que, según los estándares de vida de este tiempo, podríamos considerarlo exitoso. Juez y Sumo sacerdote de Dios, respetado por todo el pueblo, un hombre que había alcanzado muchos logros, pero que en este momento de su vida se encontraba lejos de ser exitoso en el ámbito más importante que lo rodeaba: su familia.
Elí sentía y sabía que estaba fracasando en una de las áreas en las que ningún padre de familia puede permitirse fracasar. Podemos fracasar en los negocios, podemos fracasar en nuestra profesión, en nuestro ámbito laboral, con nuestras amistades puede salir mal la cosa,… ¡pero no podemos permitir que el fracaso llegue a nuestra familia por que no hicimos lo que debíamos hacer a tiempo!
Este hombre, admirado, respetado y reconocido por todo un pueblo, era un Perfecto Desconocido para los suyos, su círculo más íntimo (su familia) no reconocía la autoridad que emanaba de su vida. Los demás podían ver en él a un hombre de Dios, pero sus hijos lejos estaban lejos de todo eso.
Fracasó en lo más importante: su familia. ¿Cómo puedo lograr ser exitoso en mi familia, como padre con mis hijos? Para poder lograr tener éxito en nuestra familia, lo primero que tiene que suceder es que debemos entender nuestro rol. Para ello, quiero mencionar 5 aspectos que como padres debemos considerar en el trato con nuestros hijos.
1) Responder a su hijo de manera adecuada. Esto parece o suena obvio, pero responder es algo mucho más profundo que simplemente poner atención a lo que chico nos pueda estar diciendo. Responder adecuadamente significa que nos estamos tomando el tiempo necesario para pensar acerca de lo que pueda estar ocurriendo antes de hablar, expresar algún sentimiento o actuar. Significa pensar en todas las opciones que hay disponibles antes de tomar una decisión.
2) Prevenir comportamientos arriesgados o problemas antes de que ocurran. La prevención va más allá de simplemente decir “NO”, “Dejá de hacer eso”, etc. Prevenir tiene 2 aristas: a) detectar posibles problemas, y b) saber como manejar un problema.
Es importante que nos involucremos activamente en la vida de nuestros hijos, esto nos ayudará a detectar cuando hay cambios que se producen como parte del crecimiento normal de ellos como personas, o cuando hay indicios que la manifestación de algún problema.
Poner límites realistas y respetarlos de manera constante es también una forma en que podemos hacerles ver la seriedad con la que pretendemos que se manejen las cosas. Como padres es importantes que sepamos, entendamos y aceptemos también que no estamos solos, que puede darse la situación en que el problema realmente nos superó, que necesitamos ayuda, y que debemos buscarla.
3) Supervisar las relaciones de nuestros hijos con el mundo que lo rodea. Supervisar significa que pone mucha atención a su hijo y a su entorno, especialmente a sus círculos de amistades y compañeros de estudios, así como la forma en la que se adapta a la escuela.
4) Aconsejar a nuestros hijos para apoyar y fomentar comportamientos deseados. Tiene que ver con ser un mentor (consejero o guía) para su hijo, ayudarlo a que aprenda más acerca de sí mismo, acerca de cómo funciona el mundo y su papel en ese mundo. Como mentor, también apoyará a su hijo conforme éste vaya aprendiendo cosas nuevas.
5) Servir de modelo con nuestro propio comportamiento para dar un ejemplo coherente y de influencia a nuestros hijos. Servir de modelo es usar nuestras propias palabras y acciones como ejemplos que diariamente les demuestran a ellos nuestras creencias, valores y actitudes. Si tú vives mintiendo difícilmente ellos sepan hablar la verdad, si quieres que ellos sean honestos demuéstraselos primero, si deseas que sean personas fieles y leales a su cónyuge cuando se casen enséñales con tu ejemplo que es posible lograrlo,… ¡si quieres que amen y sirvan a Jesús muéstrales que tú lo haces fielmente también!
Por último, pero no menos importante, hay una palabrita muy poderosa y significativa en esto de ser exitosos en el hogar con los hijos. Se escribe así: T.I.E.M.P.O
Todo hijo demanda y necesita que sus progenitores pasemos tiempo con ellos, tiempos de calidad donde ellos sean el centro de toda nuestra atención. Apaga tu celular cuando estés con ellos, deja de lado toda otra actividad y céntrate en ellos, es su momento, es su tiempo. Ellos lo agradecerán y tú sentirás que has logrado tu mayor éxito.
Mi querido amigo, podemos ser muy exitosos fuera de nuestro hogar, pero todo ese éxito que logremos afuera no servirá de nada si no logramos acompañarlo con el éxito a nivel familiar. Recuerda esto. Ningún triunfo o éxito podrá reemplazar al éxito con los hijos, ¡no lo olvides! Primero en casa.
¡Que tengas un día híper bendecido!