Que no te falle la memoria

Escrito el 04/03/2014 - 11:22pm Por Diego Carrasco

memoria

“…Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros”. (2 Corintios 13.4)

Notemos lo siguiente. Dice el texto citado arriba que nosotros somos débiles en él, pero que gracias al poder de Dios, viviremos!

¿Qué es debilidad? Es la falta de firmeza en el carácter. Ahora bien, cuando el apóstol Pablo escribe este texto, está recordándonos varias cosas que quiero dejar como enseñanza en este devocional.

1) Nos recuerda nuestra naturaleza humana. La naturaleza humana, del hombre caído, es de por sí débil, por eso Pablo aclara y dice, que aunque somos débiles en él, también viviremos por el poder de Dios en nosotros. Es decir, hay esperanza!

Al recordar nuestra debilidad nos lanza un mensaje de alerta: `Muchachos, muchachas, no se confíen, no se la crean, no se confundan, solos o solas no pueden´.

2) También nos enseña que no debemos ocultar, ni negar nuestras debilidades, porque si Dios se encargó de que entendiéramos que hay debilidades en nosotros, por alguna razón es, y debemos descubrir cuál es esa razón.

3) A Dios le encanta usar a los débiles. Pensamos durante años que a Dios solo le interesan nuestros puntos fuertes y que se basa en ellos necesariamente para usarnos y cumplir su propósito en nuestra vida y a través nuestro, pero debemos entender que Dios tiene una mirada diferente de nuestras debilidades.

Miremos dos textos bíblicos que nos confirman lo que acabo de citar. Isaías 55.9 dice: `Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos´. Dios actúa de manera opuesta a lo que nosotros vemos, pensamos, sentimos y esperamos.

`…y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte´ (1 Corintios 1.27)

Aquellos que pueden reconocer sus debilidades, aquellos que no se creen súper hombres o súper mujeres, aquellos que admiten su incapacidad de lograr algo por sí mismos, aquellos que dicen solo no puedo, son los que logran atraer la presencia de Dios hacia sus vidas y cuentan con su respaldo.

Recuerda esto: a Dios nunca lo impresionó ni lo impresionará la autosuficiencia.

¿Temperamento? ¿Temor? ¿Arrogancia? ¿Dinero? ¿Sexo? ¿Cuál es tu debilidad? ¿La puedes reconocer? Aún eso que crees que no tiene sentido, Dios quiere usarlo y hacer algo a través de ello. Todos aquellos hombres y mujeres que están registrados con sus nombres en la Biblia fueron personas que Dios usó, aún a pesar de las debilidades que manifestaban, pero lograron con la ayuda y la gracia de Dios vencer sus debilidades, transformándose en gigantes de la fe.

¿No es asombroso? ¿No sientes que aún tienes esperanza? Mira lo que dice Hebreos 11.32 -34.

` ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y los profetas;…sacaron fuerzas de debilidad…´

Quiero terminar con esto. No niegues ni ignores tu debilidad, te puede destruir. Si reconoces tu debilidad puedes salvar tu vida de momentos de muchísima angustia y dolor.  Hazlo pronto, confiesa tu debilidad en la presencia de Dios, no necesitas salir a contarle a todo el mundo acerca de ella, pero no está mal si decides buscar ayuda.

Dios quiere usarte y mucho, pero depende de como tú trates con tus debilidades.

Dijo el apóstol: `por lo cual, por amor a Cristo me gozo en mis debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte´. (2 Corintios 12.10)

Recuerda, cuando te sientas débil, Dios estará recordándote que dependes de él para vencer. Que tengas un día híper bendecido!

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.