Señores, ¡hay esperanza!

Escrito el 16/12/2014 - 9:35pm Por Diego Carrasco

NAVIDAD

“Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo, que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”. (San Lucas 2.10 y 11)

Faltan tan solo un par de días para que en el mundo se celebre una Navidad más, un tiempo para muchos de reflexión, de meditación, mientras que para otros es solo un momento de reencontrarse con familiares y amigos, y una buena cena de por medio, “festejar”. Para otros es un tiempo de apatía e indiferencia, y para otros es un tiempo de renovar su fe.

Con el paso del tiempo, esta fecha se tornado en una fecha de Consumismo. La gente saca dinero de donde no hay pero los regalos no pueden faltar, la buena y abundante comida tampoco.

La pregunta que habría que hacer sería: ¿Somos realmente conscientes de lo que implica esta fecha? ¿Qué es para nosotros lo más importante de este tiempo? Si bien es cierto, y se ha discutido mucho, que la fecha del nacimiento del Salvador del mundo es incierta, porque al menos la Biblia no hace mención a una fecha en particular, pareciera que el ser humano en algo se ha puesto de acuerdo, y es en celebrar este evento en el mes de diciembre.

La idea de este post no es debatir si fue en diciembre, mayo, abril, o cualquier otro mes, lo que sí busco es que juntos meditemos en lo realmente trascendente, y es esto: ¡El Salvador del Mundo, la Esperanza de los pueblos nació!

Sí, eso es lo que realmente importa, pero antes de seguir escribiendo en mi caso, y tú leyendo, quisiera pedirte lo siguiente. Detén ahora mismo lo que estás haciendo y métete en la historia por unos momentos, porque más allá de cuales sean tus creencias, esto también nos involucra a todos.

Navidad es el momento donde recordamos la venida del Salvador a este mundo, naciendo en un pesebre y viniendo a cumplir un propósito divino. También debiéramos pensar que si la idea es recordar que Jesús nació, quizá no debiéramos esperar a diciembre para celebrarlo, sino pensar que todos los días Él puede y debe volver a nacer en nuestros corazones, y que todos los días debiéramos procurar que Jesús nazca en el corazón de aquellos que aún no lo conocen.

También es cierto que no debemos confundir el nacimiento de Jesús con otros rituales o fiestas paganas que lejos están de la verdadera esencia que esto conlleva o contiene.

Ahora bien, quiero detenerme unos minutos en el mensaje del Ángel a los pastores que estaban por allí, expectantes, nerviosos imagino, pensando en lo que pudiera suceder.

En primer lugar, el ángel les dice: No temáis. Por alguna razón, el Ángel comienza este mensaje tranquilizando a los pastores, diciéndoles que quiten de su corazón todo temor, toda angustia, porque lo que viene es algo espectacular, una noticia que va a cambiarles por completo su porvenir.

Mi querido amigo, querida amiga, un gran porcentaje de las personas que habitan este mundo viven sus días siendo presas del temor. La pregunta sería: ¿Temor a qué? Temor al futuro, temor a lo que pueda venir, temor a que alguna enfermedad terminal arrase con la vida de los que amamos, temor a que la economía se dispare y no haya forma de hacerle frente, temor por aquí, temor por allá, temores, temores y más temores.

Los pastores estaban siendo victimas del temor, y el Ángel lo sabía, es por eso que comienza su mensaje diciéndoles: No teman, porque viene algo especial de parte de Dios. ¿Es esa tu confianza? ¿O el temor ha ganado demasiado terreno en tu corazón como para seguir creyendo que algo bueno puede ocurrir?

En segundo lugar, el Ángel les habla a los pastores y les dice: “Les doy nuevas de gran gozo”. Traducido al lenguaje actual sería: “Tengo buenas noticias”.

No podemos saber con exactitud qué estaban viviendo los pastores, por el relato sabemos que estaban con temor, sin esperanza de que algo bueno pudiera ocurrir. Sin embargo, este ser celestial, enviado desde el mismo cielo viene con un mensaje bajo el brazo, y ese mensaje era una buena noticia. ¡Sí, comenzaba un nuevo tiempo, un tiempo de fe y de esperanza, un tiempo de bendición como nunca antes había ocurrido en la historia de la humanidad! ¿La razón? El Salvador del Mundo acababa de nacer en este mundo y en un humilde pesebre. Y junto con su nacimiento, también se producía el Re-Nacimiento de la humanidad.

Mi querido amigo, yo no puedo saber que ha sido de tu vida en este tiempo, ni lo que estás viviendo en la actualidad, lo que sí puedo decirte y contarte es que, al igual que aquel Ángel, a pesar de las situaciones que puedas estar enfrentando, a pesar de los temores que quieran invadir tu vida,… ¡hay buenas noticias desde el cielo para tí!

Sí, Jesús ha nacido en ese pesebre hace mas de 2000 años, en un humilde pesebre, en un sitio alejado quizá de tu lugar de origen, pero eso no es lo que más importa. Lo que realmente importa y mucho, es que el Salvador del Mundo hoy quiere ser tu Salvador personal, y para ello, debe nacer en tu corazón hoy, esta noche, mientras lees esta reflexión.

Jesús tuvo que nacer en un pesebre, porque no “hubo” lugar en los grandes mesones, sin embargo, eso no fue impedimento como para que el propósito divino se frene allí. La buena noticia del cielo es que Jesús nació para darte la oportunidad de reconciliarte con Dios. La pregunta que quiero hacerte es: ¿Habrá lugar en tu corazón para el Salvador? Oro para que así sea.

En tercer lugar, el Ángel les dice a los pastores, que esa buena noticia producirá gozo en ellos y producirá esperanza, no era solamente para ellos, sino para todo el pueblo. ¿Cómo podría saber todo un pueblo de lo acontecido sino por medio de estos sencillos pastores? Pues ellos eran los encargados de hacer correr la voz, de dar conocer la buena noticia que se había producido por ese entonces.

Si ya has hecho de Jesús tu Salvador personal, lo que queda ahora es que hagas correr la voz, que cuentes a otro acerca de esa buena noticia, porque no es solo para ti, sino que es para todo el pueblo.

Tú eres el encargado de dar a conocer esta buena noticia, esta excelente noticia, y de hacerle saber a muchos que hay esperanza, que es posible estar en paz con Dios y los hombres, si Jesús nace hoy en nuestros corazones.

En medio de un mundo que agoniza, un mundo que tiembla y se derrumba día a día por causa del mismo hombre, en un mundo donde las malas noticias abundan y donde pareciera que nada tiene sentido ya, vengo al igual que ese bendito Ángel que habló con aquellos pastores, a traerte un mensaje del cielo, que dice lo siguiente: “¡No tengas miedo, no dejes que el temor te domine, porque tengo una buena noticia para ti. Alégrate, gózate, porque el Salvador del Mundo, la Esperanza del Cielo, ha nacido hoy, y eso deben de saberlo todos!”

Si estás de acuerdo conmigo, entonces levanta en esta navidad tu voz, para gritar bien fuerte: ¡Señores, hay esperanza!

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.