Todos sabemos que el dinero es lo que hace “girar” al mundo, y en una economía en crisis como la que atraviesa nuestro país Argentina (y me atrevo a decir, nuestro Continente y nuestro Mundo), obtener unos pocos pesos de la manera que sea, puede hacer la diferencia.
El problema surge cuando quienes hacen uso de cualquier artimaña con fines económicos, son líderes de alguna denominación. Tamaño problema es el que se plantea o presenta…
En el afán de ganar cierto “prestigio”, “popularidad”, o lo que fuere, hay quienes no escatiman en hacer uso y abuso de todo lo que les viene a la mano a la hora de alcanzar sus objetivos.
“De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro”. (Proverbios 22.1, RV1960)
“… porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. (1° Timoteo 6.10, RV1960)
Hace unas escasas 48 horas, se desarrollaron en mi querida Provincia, elecciones para definir a quienes serán las nuevas autoridades gubernamentales provinciales durante los próximos 4 años. Pero el asunto no es ese, el tema en cuestión es que apenas pasadas las mismas, empezaron a surgir una serie de cuestiones que me sorprenden, y a la vez no.
Hablo de Líderes que vendieron su voto y el de los suyos por tan solo unos cuantos billetes, que pusieron a sus congregaciones a disposición del “mejor postor”, con tal de obtener algún rédito que les permita seguir avanzando en sus “proyectos ministeriales”.
Hace unos días, sentaditos a la mesa de uno de los candidatos, fotografiándose, haciéndole el “aguante” a quien se supone que debiéramos servir, imitando el ejemplo de nuestro Maestro, sin perder la autoridad, y no ser serviles, vendiéndose por unos billetes.
Este Líder – Asco, que no escatima en aprovechar las oportunidades que se precipiten con tal de alcanzar sus metas, es el que no queremos más. La Iglesia es sagrada, y este tipo de líderes, lo que hacen es prostituirla, mancharla, deshonrarla por “amor al dinero”. Han sido varios los casos de líderes que se han vuelto involucrados en asuntos de dinero en este último tiempo…
“Es que nos va a servir para terminar el techo, o la ampliación”, “Es que vamos a poder comprar esto o aquello”, etc, etc. ¿No decimos que servimos a un Dios que todo lo tiene y en abundancia? ¿No decimos, “declaramos y decretamos” que nuestro Dios puede más que todo y que todos? ¿No nos llenamos la boca diciendo, sosteniendo, ratificando a diestra y siniestra que no dependemos de un sistema como este, perverso, corrupto y tanto más, alegando que dependemos del Reino de los Cielos? Explíquenme entonces, cómo es que a alguien se le ocurrió la semejante estupidez de venderse y vender a su gente por dinero…
Alguna vez, estando en Buenos Aires, tuve la oportunidad de escuchar a un hombre de Dios increíble, llamado Eduardo Lorenzo, Pastor de la Iglesia Cristo Para Todos, en la ciudad de Adrogué, zona sur del Gran Buenos Aires. Fue una reunión a la que asistieron varios pastores y líderes de la zona, y en la que tuve el privilegio de participar.
En esa oportunidad, también asistió un candidato a Intendente por el Partido de Almirante Brown, y luego de hacerle algunas preguntas, el Pastor terminó bendiciendo su vida. Mientras se retiraba el candidato, se produjo un silencio en el auditorio, hasta que el postulante atravesó la puerta y abandonó el recinto.
Acto seguido, el Pr. Lorenzo se dirige a quienes estábamos allí presentes con las siguientes palabras, que bien vale la pena recordarlas en esta oportunidad: “Ni se les ocurra a algunos de ustedes ir a golpearle la puerta a este señor para pedirle algunas chapas, algún tipo de materiales de construcción o lo que sea para su Iglesia o congregación, ¡ni se les ocurra! Nosotros tenemos más para darles a ellos, de lo que ellos tienen para darnos a nosotros”.
A partir de ahí, tomé la decisión en mi corazón, de que si algún día me tocaba liderar algún grupo, jamás correría a los pies de algún político para que me solucione problemas que hacen al funcionamiento de la Iglesia. Si Dios me llamó, Dios se hará cargo de lo que necesitemos para funcionar correctamente. Punto.
Hace casi 3 años que venimos trabajando con un grupo de personas, amándolas, sirviéndolas, cuidándolas, impulsándolas, sin más deseo que el de ver manifestado a Jesús en sus vidas y familias, sin mirar a ver que podemos obtener de ellos a cambio.
En el edificio en que estamos, tenemos mucho por hacer, pero todo lo que hemos hecho, todo lo que hemos logrado y alcanzado hasta el momento ha sido por la mano generosa, benéfica y bondadosa del Dios al que servimos, que ha puesto en el corazón de las personas el deseo de hacer algo más.
No hemos tenido que apelar a la manipulación (“dé 10 y obtendrá 1000), ni a los golpes bajos (tan de moda por estos tiempos), no le hemos pedido a nadie que hipoteque su casa o que venda su auto para poder cumplir con lo que necesitamos. Nada de eso, simplemente hemos creído a Dios, y Dios ha honrado nuestra Fe.
Mi querido amigo, el amor al dinero arruina tu vida, tu familia y todo lo que ello involucre. Si estás en un sitio donde lo único que importa es el dinero, entonces huye de allí, si te rodeas con líderes que lo único que hacen es medir tu vida espiritual por tu billetera o chequera, entonces por tu bien, por tu salud espiritual, por tu vida y la de tu familia, ¡huye!
Si todo lo que enseñan gira alrededor del dinero, si lo único que cuenta es que des, des, des y sigas dando, pero nunca te amonestan acerca de otras cosas que también son importantes, entonces estás en el sitio incorrecto. He escrito estás líneas con mucho temor, pero también con un profundo respeto y amor hacia quienes las lean, porque entiendo que cosas como las citadas aquí hacen mucho daño, y el saldo son siempre vidas frustradas, arruinadas, que reniegan de la Fe por que se encontraron con personas inescrupulosas que solo tenían un objetivo: Dinero, Dinero, y más Dinero…
No está mal Dar cuando así lo deseamos, el problema aquí es la Manipulación. Para quienes solo piensan así, tu vida representa solo un número: 10, 50, 100, etc. Nada más, no interesa ni tu nombre, ni tus necesidades, solo eres un número, y no tendrán cuidado de venderte a quien sea si es que ello les representa algún beneficio.
Mi querido amigo, mi querida amigo, son tiempos difíciles, citados y anunciados hace miles de años, pero tú y yo debemos tomar una decisión. O nos jugamos por lo correcto, o quedaremos del lado incorrecto, no hay términos medios, no hay caminos alternativos, no hay atajos, y es tiempo de decidir de qué lado estaremos. En mi caso, quiero que sepas, si puedes léeme los labios, yo no estoy en venta… Te bendigo!