Aprender a vivir

Escrito el 30/12/2017 - 1:45pm Por Diego Carrasco

APRENDE

No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. (Filipenses 4.11, 12 – RV 1960)

Me llama mucho la atención la o las expresiones del apóstol, pero particularmente hay una palabrita que deseo destacar en este mi último artículo del 2017 en Onda Exclusiva.

Esa palabra a la que estoy haciendo mención es: “aprendido”.

Pablo menciona que él ha aprendido a contentarse siempre, en cualquier situación que le toque enfrentar. Ha aprendido a imponerse a las situaciones y no permitir que estas sean las que tomen las riendas de su vida y destino.

Miremos otra versión de este pasaje.

No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez”. (NVI)

Una vez más, encontramos dos veces la palabra que da origen de alguna manera a esta reflexión. ¡Que importante es tener un espíritu como el que había en la vida de este hombre! Poder estar en un constante aprendizaje, porque al fin y al cabo, de eso se trata la vida, de aprender y de seguir aprendiendo.

La vida nos plantea de manera constante sus diferentes matices, a veces más complejos y a veces no tanto, pero el tema es saber si tendremos el espíritu correcto para seguir avanzando y no estancarnos a pesar de lo que pueda venir.

¡Que interesante es la declaración de Pablo! Él dice “he aprendido”. Veamos qué es aquello que aprendió…

1) “a contentarse cualquiera que sea su situación”. ¡Wow! ¡Que difícil es lograr esto en un mundo que te impulsa constantemente a buscar tu propio placer, tu bienestar, tu prosperidad, y nada más! En una sociedad híper egoísta como en la que vivimos, aprender a contentarse sin importar  la situación es algo que solo puede ser expresado por aquel que ha logrado comprender que en Cristo está completo.

¿Cuántos de nosotros podemos realizar o hacer propia esta afirmación? Mmm…

¿Realmente te sientes satisfecho con la que situación que atraviesas hoy en día? ¿Puedes expresar tu gratitud por lo que te toca vivir hoy, aunque no sea la mejor de las situaciones? Al ser humano le resulta más fácil sentirse satisfecho, pleno, cuando las condiciones son las ideales, es decir, resulta más sencillo decir que estamos satisfechos cuando tenemos una mesa abundante y todas las comodidades resueltas, cuando el dinero no falta y tenemos lo necesario para hacerle frente a las cuestiones familiares y/o personales, pero, ¿que hay cuando esto no es así?

¿Cuántos de nosotros podemos decir que, a pesar de que las cosas no han salido bien últimamente, nos sentimos satisfechos de igual manera? Mis queridos amigos, necesitamos aprender a sentirnos como lo expresaba Pablo, aunque este fin de año el balance no te deje un saldo positivo, aunque no tengas una mesa abundante para compartir con los que amas, aunque termines nuevamente el año sin la pareja que soñabas para este año, aunque tu situación laboral no haya sido la mejor, etc.

Aprender a vivir es nuestra tarea, entender que no siempre el viento soplará a nuestro favor, entender que la vida tiene sus aristas y ribetes un tanto difíciles de comprender por momentos, comprender que aún cuando tengamos una promesa sobre nuestra vida necesitaremos esperar el tiempo de su cumplimiento, y mientras tanto, aprender a contentarnos con lo que nos toca, sin por eso resignarnos, pero confiando en que aquel que sostiene el universo es el mismo que lo sostiene, y ¡oh casualidad! Es el mismo que nos ha prometido no dejarnos jamás, ¡y así ha de ser!

Aprender a contentarnos más allá de las situaciones que enfrentemos es posible, solo si ponemos la mirada en aquel que todo lo puede, en aquel que es quien nos sostiene y nos provee. Declara sobre tu vida esta palabra: “Hoy decido tener ese espíritu de contentamiento, por encima de lo que me toque vivir”.

Te bendigo y declaro en el nombre de Jesús, que el año 2018 traerá las bendiciones que Dios ha preparado de antemano para aquellos que le aman. Felicidades! ¡Hasta el año que viene!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.