Competente sí, competitivo no

Escrito el 17/06/2014 - 10:53pm Por Diego Carrasco

COMPETENTES

“…el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu”. (2ª Corintios 3.6)

Podríamos parafrasear el texto citado de la siguiente manera: “no es que seamos competentes por nosotros mismos, para gloriarnos, sino que nuestra competencia, idoneidad y aptitud proviene de Dios, que nos ha hecho ministros competentes de un mejor pacto”.

Antes de seguir, quisiera que notemos la diferencia entre ser competente y ser competitivo.

Competente: Que tiene las cualidades o conocimientos adecuados para hacer un trabajo o desempeñar una función”.

Competitivo: “Que compite o se caracteriza por competir”. Y competir es: Luchar entre sí [varias personas] que aspiran a un mismo objetivo o a la superioridad en algo”.

Es decir, quien compite es alguien que intenta demostrar que es superior o mejor en alguna actividad que el resto, mientras que alguien competente es quien reúne las condiciones adecuadas o correctas para una tarea.

Entonces, ¿qué significa la frase “Ministro Competente”? Significa que somos servidores idóneos y adecuados para cualquier labor que Dios nos encomiende. La razón es, que DIOS está con nosotros.

David es un ejemplo claro de una persona competente. Analicemos su historia y veamos las tres cosas que David sabía, según nos cuenta 1º Samuel 17.

a) David sabía quien era su Dios. Lo que diferenciaba a David de Saúl era que David conocía a su Dios, y así lo demuestran sus actitudes de valentía y accionar. Pensemos en el momento en que decide enfrentar a Goliat, sus declaraciones y su acción final.

Éxodo 14:14 dice: “Jehová peleara por su pueblo”, ahora bien, pareciera que este pasaje estaba olvidado por Saúl, esto nos muestra claramente que Saúl no conocía bien a su Dios. De haber tenido un claro conocimiento de quién era su Dios, hubiera salido a la batalla por al menos dos razones: a) él era el indicado para pelear, b) y tenía experiencia en batallas. En lugar de salir a la batalla, se escondió porque estaba lleno de miedo.

Miremos a David: “¿Quién es este incircunciso que se atreve a desafiar al pueblo del Dios viviente?”. Y salió a la batalla, decidido a terminar con esta historia. ¿Conoces a Dios realmente? ¿Sabes de lo que es capaz tu Dios?

b) David tenía confianza en Dios. A Saúl le faltó confianza en Dios, por eso decidió no salir a la batalla. David, en cambio, sabía que su Dios no lo iba a abandonar en ese momento crucial. David no veía al filisteo, sus ojos estaban en su Dios, seguro que así como había podido con osos y leones, también lograría derrotar a Goliat.

¿Dónde están puestos tus ojos? ¿Frente a los desafíos tu confianza crece o decrece? Preguntas que quizá nos sirvan para autoevaluarnos.

c) David utilizó lo que tenía a la mano.Es increíble que con una sencilla honda, David haya vencido al filisteo. La razón es que eso tenía procedencia divina.

¿Qué tienes hoy en tus manos? Dios es experto en utilizar eso que tienes en tus manos. Dale tus talentos al Señor y el te dará las fuerzas para vencer.

Un ministro competente es quien conoce a su Dios, tiene su confianza 100% puesta en él, y quien utiliza aquello que le fue concedido, porque sabe que tiene procedencia divina, lo que terminará asegurando la victoria y la bendición.

Dios nos ayude a ser ministros competentes, y dejar de lado toda actitud competitiva. ¡Que tengas un día híper bendecido!

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.