“El que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación”. (Salmo 91 – Reina –Valera 1960)
Una de las estrategias más grandes del diablo (y que le ha dado muchísimos resultados) ha sido hacerle creer a la gente que no hay problemas en vivir lejos de Dios, o por el contrario, ignorar el mundo espiritual y la influencia que este ejerce en la vida de las personas. Pero a través de este pasaje quiero que juntos, podamos entender la importancia de vivir junto a Dios. Vamos a ver algunos aspectos…
1) “El que habita…” – El primer requisito que el escritor bíblico pone como condición u obligación para recibir los beneficios de Dios es que debemos vivir en la presencia de Dios, en una búsqueda constante a través de la oración, la lectura bíblica y la comunión del cuerpo, entre otras cosas.
Fuera del paraguas protector de la Presencia de Dios, estamos expuestos a todo tipo de males, porque hay un enemigo de tu alma que no quiere ni desea verte bien. Juan 10.10 dice, en palabras de Jesús, lo siguiente. “El ladrón (diablo) no viene sino para hurtar, matar y destruir, pero yo (Jesús) he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.
Tenemos que ser conscientes que fuera de la cobertura de Dios sobre nuestras vidas, estamos expuestos a muchos males.
2) “… al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente” – Cuando hablamos de abrigarnos es porque estamos sintiendo frío, y cuando hablamos de buscar sombra es por la sencilla razón de que estamos con mucho calor.
Esto me enseña que no importa la temporada en que esté viviendo en lo personal, porque a pesar de ella, cuando vivo en la Presencia de Dios toda mi vida estará segura. Dios está interesadísimo en que tu vida esté recubierta por Él, pero hay una decisión que es tuya y es mía: Decidir Habitar en su Presencia.
¿Puedes identificar la temporada en que estás viviendo hoy? Hay buenas noticias. No importa la situación que sea, Dios, ese Dios que tanto te ama quiere darte su abrigo, quiero llevarte a su sombra para que no sufras las inclemencias del tiempo. Eso se resume en una palabra: Amor. Dios te ama, Jesús te ama y quiere darte su protección, para que nada pueda dañarte o lastimarte.
3) “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío, mi Dios en quien confiaré” – En un mundo que ha perdido la esperanza, en un mundo que agoniza por causa de creer no tener futuro, hoy Dios viene a recordarnos que en Él podemos tener esperanza, que en Él podemos tener futuro, y un buen futuro, ¿amén? Claro que sí. El profeta solía decir: “Esperanza hay también para tu porvenir” – (Jeremías 31.17)
Cuando estamos en Dios todo cambia, lo que no es empieza a ser, lo que no funcionaba empieza a funcionar, lo que no veíamos lo podemos empezar a ver, porque en ÉL hay esperanza. Y cuando Dios nos promete que Él podemos estar confiados, eso rompe con toda nuestra inseguridad, con aquellas cosas que nos generan miedos, temores, etc.
4) “El te librará del lazo del cazador” – Aquí el salmista quiere que tomemos conciencia de que Dios nos salvará de ser atrapados o enredados por el enemigo, que nos permitirá descansar bien durante la noche (Pregunto: ¿Cuántos no pueden dormir bien por las noches?), que no habrá peste alguna que esté dando vueltas por ahí que toque nuestro hogar (enfermedades, epidemias, plagas, etc). Nada te podrá dañar cuando vivís la bajo cobertura poderosa y amorosa de nuestro Dios, en su presencia, ¿amén?
El versículo 4 dice: “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro…” – Hay gente que tiene miedo, temor al futuro, a lo que pueda pasar y no saber cómo manejarlo, a que todo escape fuera de su control. Quiero decirte que si esta tarde le entregas el control de tu vida a Dios, todo estará más que bien, todo estará en las mejores manos en que puedan estar.
Cuando caminamos bajo la divina cobertura de Dios, podemos caminar y vivir confiados, seguros, sabiendo que Él tiene cuidado de nosotros. Nada ocurre en tu vida y en la mía sin que Dios lo permita. La Biblia nos enseña que aún hasta los cabellos de nuestra cabeza Dios tiene contados, y ninguno de ellos cae a tierra sin que Dios lo permita. Hoy Dios quiere transformarte en una persona segura, pero no una seguridad que se basa en tu habilidad o capacidad para serlo, sino en el hecho de saber que Él estará a cada momento, a cada segundo de cada día junto a ti, si tú decides habitar en su presencia tendrás seguridad.
v.7 dice. “…Más a ti no llegará” – ¡Tremendo! Mira cuan bueno es el cuidado de Dios sobre nuestras vidas, que nos asegura que, aunque el mal pueda tocar a otros, a ti y a mi por el hecho de haber elegido vivir bajo su cobertura, no nos tocará, ¿no es fantástico? Hoy tenemos que decidir bien, hoy tenemos que hacer una buena elección cada uno de los que estamos en este lugar, la mejor elección de nuestras vidas es VIVIR BAJO LA COBERTURA DE NUESTRO DIOS AMOROSO.
En el v. 9 el escritor vuelve a reafirmar la necesidad de poner a Dios en primer lugar, y depositar toda nuestra confianza, toda nuestra esperanza en ÉL. Mi querido amigo, mi querida amiga, Dios quiere brindarte su cobertura total, la pregunta es: ¿Lo quieres tú? Ruego que así sea. ¡Que tengas un día híper bendecido!