Malas compañías

Escrito el 31/03/2015 - 8:39pm Por Diego Carrasco

COMPAÑIAS 2

“No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. (1º Corintios 15.33)

Quisiera compartirles lo que dice otra versión de la Biblia, respecto de este pasaje.  Miremos un momento por favor…

“No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”.

¡Que interesante es lo que nos está diciendo este texto! Pero, aún quisiera que veamos otra versión de este mismo texto, que tal vez nos ayude a entender mejor lo que pretendo transmitir en este post.

“No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. (Biblia de Las Américas)

Hay un dicho popular que dice así: “Dime con quien andas, y te diré quien eres”. Lo que sostiene este refrán es que, según nos relacionemos con ciertas personas será el resultado de lo que nuestra vida refleje.

En esta ocasión, me tomé el atrevimiento de modificar ese dicho, y dejarlo de la siguiente manera: “Oírte hablar me dirá lo que estás consumiendo”. Quiero que juntos reflexionemos y entendamos algunos aspectos que quisiera dejarte en esta reflexión, que espero pueda ser de utilidad en tu crecimiento personal.

1) Los diferentes textos que hemos tomado en esta ocasión como referencias, nos muestran claramente el vínculo estrecho que existe entre las relaciones que permitimos que formen parte de nuestra vida y el resultado que éstas pueden generar sobre nosotros.

Es cierto que ninguno de nosotros quiere tener una vida mediocre, pero más cierto es también que las relaciones que permitamos que nos frecuenten determinarán el alcance de nuestras vidas, influirán en aquello que logremos convertirnos.

Por alguna razón, el consejo en esta hora es: No erréis, no te engañes, no te confundas, las malas compañías producirán malos resultados a nuestro alrededor. No pienses que si te vinculas con alguien malo, tendrás buenos resultados en tu vida, ¡no te equivoques!

Si quieres llegar lejos en tu vida, júntate con personas buenas, correctas, honestas, íntegras, personas que eleven tu nivel espiritual y te desafíen a ser mejor para Dios, y no con aquellos que solo te empujan hacia abajo, etc.

2) Malas compañías producen un hablar equivocado. Los diferentes textos nos muestran también que, al estar rodeados de personas malas terminaremos hablando mal, quizá sean insultos, palabras deshonestas, palabras que hablan incredulidad anulando de esa manera la Palabra de Dios, palabras vulgares que tu boca comenzará a despedir.

¡Resulta increíble escuchar a cristianos hablando malas palabras! Piensa por un instante. ¿Qué compañía estás permitiendo en tu vida? ¿Quiénes están en tu círculo íntimo? ¿Qué cosas hablan cuando se encuentran? ¿Sales de ese encuentro desafiado, estimulado a servir a Dios? ¿O tienes la sensación de vacío que provoca el haber estado con gente que no te puede desafiar a nada y de haber hablado cosas vanas y sin sentido?

El apóstol Pablo en una de sus cartas nos dice lo siguiente: “Ninguna palabra corrompida salga de tu boca”. Si queremos crecer y tener una vida que honre y agrade a Dios, entonces debemos hacer caso a este mandato.

3) Lo último que quisiera mencionar es, que las malas compañias echan a perder las buenas costumbres y buenos hábitos que podamos haber adquirido, ya sea de nuestros padres, de nuestros líderes, etc.

Todo lo que puedas haber aprendido lo puedes echar al olvido si te vinculas con personas no convenientes. ¿Pero por qué no es conveniente juntarme con gente mala? ¿Qué tiene que ver esto con mi vida? Tiene mucho que ver, porque sus valores morales y espirituales no son los mismos que los que tú confiesas.

Amigo, amiga, solo puede decirte a modo de cierre que si nos disponemos a seguir el consejo que en esta oportunidad estamos recibiendo, las cosas nos irán bien, de lo contrario, corremos riesgos de extraviarnos de las buenas costumbres y hábitos que hemos adquirido, y por sobre todas las cosas,…¡corremos el riesgo de terminar lejos del Señor!

Recuerda esto: Hablas según consumes. Oírte hablar me dirá lo que estás consumiendo. ¡Que tengas un día hiper bendecido!

 

 

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.