“De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven”.
Job 42:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Cuando se busca a Dios, muchas veces no le conocemos como nuestro Señor; Él está por encima de todo, pero a pesar de muchas enseñanzas que describan, quién es, siempre andaremos en el mismo camino.
A veces Dios nos muestra señales. Su Palabra es perfecta para guiarnos a su verdadera voluntad, pero no todo, es como nuestro razonamiento lo dice y, es que Dios es más que de lo que podamos imaginar.
Son muchas las luchas, los obstáculos, las promesas que aún falta por cumplirse y por más que superemos las cosas pasadas. La fe se ubica en una posición de ‘jaque mate’ y así venceremos en medio de las dificultades. Es difícil de entender los misterios de Dios ¿Por qué nací en tal fecha? ¿Por qué tuve este trabajo? ¿Por qué tuve que estudiar dicha carrera? ¿Por qué siento que mi esfuerzo no vale nada?
Todos los seres humanos nos preguntamos el ‘por qué de todo’ y no miramos al Señor con nuestros ojos para conocer Su voluntad. El tiempo es letal para aquel que no sabe esperar, pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas.
¿Será qué conocemos al Señor? Mi punto de partida está en cuanto yo le busco con todo mi corazón, Su palabra no falla, pero a medida que buscamos no encontramos. La Biblia es clara en toda su escritura y no entendemos porque nuestro corazón no está puesto en Dios.
Sin embargo, cuando decidimos mirar a Dios con los ojos de la fe, Él se hace visible, es así, que nuestra fe consiste el creerle sin importar lo que está pasando, si nos apoderamos de esa nueva visión donde Él mismo se manifiesta en nuestras vidas, Él hace posible todas sus promesas, y a pesar de las prueba, Su designio y poder nos mantiene vivos. Y solo en Dios existirá una nueva esperanza.