A veces me he encontrado con chicos que buscan encontrar a su pareja, y vienen a charlar conmigo, desilusionados de todo y de todos. “He hecho de todo, he orado, he buscado, y no ha pasado nada”, dicen con un dejo de tristeza y resignación.
Aquí quisiera regalarte otra perlita, que al menos a mí me sirvió para dar con la mujer de mis sueños, esa por la que pedí a Dios, y que en el momento indicado, preciso, llegó a darle brillo a mi vida.
En el libro de Génesis 12. 1 y 2, vemos el llamado de Dios hacia la vida de Abram, y cómo Dios empieza a trabajar en la vida de este hombre. Miremos algunas cositas…
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”.
Vemos que Dios le dice: “Abram, vete de tu tierra y de tu parentela, y de casa de tu padre al lugar que yo te mostraré”. Lo primero con lo que Abram necesitaba romper para alcanzar la bendición de Dios sobre su vida era con la FAMILIARIDAD.
Familiaridad es todo aquello que te es conocido y que no ofrece nada nuevo. Entonces, lo primero que debes hacer es romper con la Familiaridad, con lo conocido, con lo que no tiene nada nuevo para ofrecerte. Si siempre te rodeas de la misma gente, si siempre estás con el mismo grupo de amigos, entonces lo que verás será lo mismo que vienes viendo. No estoy diciendo que abandones a tus amistades, digo que siempre es bueno abrir el panorama. Mientras me moví en el mismo círculo de siempre, nada nuevo vi, no hallé lo que buscaba, pero…
ÁBRETE A NUEVAS POSIBILIDADES. “… a la tierra que te mostraré”, era decirle a Abram que nuevas oportunidades le estaban esperando delante suyo, pero él era quien debía tomar la decisión que abriría la puerta a su bendición. Aquí se confirma una vez más lo que alguna vez enseñé, Dios no hará lo que tú debas hacer, confirmado…
Si Abram elegía no irse del lugar donde estaba hubiese perdido su bendición, y nunca hubiese afectado a tantos a lo largo de los siglos. Cuando te quedas en lo conocido, no solo pierdes tu bendición sino que no logras bendecir a otros por medio del cumplimiento de tu propósito.
Si en tu Iglesia, grupo, célula, etc, no encuentras a quien buscas, pide permiso y atrévete a ir a nuevos lugares, conoce nueva gente, nuevos chicos, nuevas chicas. Quien te dice que en esa nueva tierra no esté tu bendición (ja).
En mi caso, debí dejar mi ciudad natal por cuestiones de capacitación ministerial, pero en medio de mi capacitación pude encontrar mi bendición, mi novia ayer y esposa hoy, mañana, pasado mañana, y hasta que DIOS lo permita. Ten una mirada amplia, el mundo es más grande y más amplio que las 4 paredes de tu Iglesia, de tu casa, etc.
Que este año sea un año inolvidable para ti, donde aquella relación trascendental para tu vida sea descubierta. Te bendigo…!