Aunque nadie crea en tí

Escrito el 28/10/2014 - 8:02am Por Diego Carrasco

AUNQUE NADIE CREA EN TI

“Y dijo Samuel (a Saúl): Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?”. (1º Samuel 15.17) – Énfasis añadido.

Hace algunos años atrás escribí y presenté en la hermosa y querida ciudad de Glew, zona sur del Gran Buenos Aires, en la República Argentina, mi primer libro editado en formato digital, titulado “Aunque nadie crea en tí”, donde cuento algunas vivencias que ocurrieron durante mi adolescencia/juventud.

Hacer ese libro me significó muchísimas cosas, entre ellas, atreverme a hacer algo diferente a lo que había hecho hasta ese entonces, y significó que alguna gente me mirara con un cierto aire de: “¡Y quien te crees para hacer esto!”, etc.

En ese libro cuento lo mucho que me costó “entender a Dios”, es decir, en mi mente pequeña no lograba comprender como es que Dios se atrevía a poner sus ojos en alguien tan imperfecto y tan lleno de errores como quien escribe aquí.

Complejos, inseguridades, y tantas otras cosas más que rodean a todo adolescente/joven. Pensé que jamás saldría de ese estado, me sentía un destinado al fracaso,…hasta que llegó el bendito día en que pude entender que Dios creía en mí, y que si yo no estaba viviendo y alcanzando mis sueños no era porque Dios no lo quisiera, sino que era yo mismo quien estaba decidiendo lo contrario.

Empecé a recordar aquellas promesas que Dios me había entregado, y a medida que las recordaba, los miedos y las inseguridades iban desapareciendo e iba tomando fuerza en mí el deseo de luchar y hacer realidad aquello que Dios había pensado para mi vida.

Y es que cuando nos miramos a nosotros mismos y vemos la realidad de lo que somos o hemos hecho, es cuando nos decimos: “Es imposible que Dios haga algo conmigo”, “Seguro que Dios se equivocó cuando pensó en mí”, y tantas otras frases que seguramente alguna vez hemos mencionado.

Llegamos a un estado de absoluto convencimiento de que Dios respecto a esta situación, ignorando que Dios nunca, nunca, nunca se equivoca cuando hace o decide algo. Recuérdalo: Dios nunca se equivoca cuando hace algo, y Dios no se equivocó cuando pensó en tí.

Lo mismo le pasó a Saúl. Según nos cuenta el texto de arriba, él se sentía pequeño cuando se miraba a sí mismo, es decir, se menospreciaba, se consideraba alguien incapaz de poder lograr algo importante en su vida.

La palabra menosprecio significa: “Sentimiento por el cual se da menos valor o importancia a una persona o cosa de la que realmente tiene”. O sea, es no darle el valor correspondiente.

Miremos nuevamente el texto citado arriba, pero en otra versión un tanto más actual.

“Samuel añadió: ¿No es verdad que tú mismo te considerabas alguien insignificante? ¿Y no es verdad que el Señor te ha hecho jefe de las tribus de Israel, y te ha consagrado como su rey?”.

Quizá porque hasta ese momento no había logrado nada, quizá porque miraba su pasado que lo condenaba y lo hacía sentir indigno, quizá porque al igual que muchos de nosotros sus complejos eran más grandes y tan fuertes que los deseos que tenía de poder ser bueno en algo, lo cierto es que Saúl se sentía pequeño, insignificante, incapaz, etc.

Pregunto: ¿Qué ves cuando ves tu vida? ¿Qué piensas respecto de tí mismo? ¿Te sientes incapaz? ¿Te crees insignificante o pequeño? Sabes querido amigo, el “aunque” de Dios viene hoy para decirte que a pesar de cómo tú te veas, Dios tiene algo especial para tu vida.

Aunque te sientas pequeño cuando te miras, Dios tiene un plan magnífico para tu vida, aunque muchos te hayan dado la espalda y hayan dicho que nunca lo lograrás, hoy Dios viene a decirte que sus pensamientos son de bien para tí, aunque tus errores sean muchos, demasiados, Dios los reducirá a nada si te atreves a pedirle perdón y empezar de nuevo tomado de su mano.

Dios le dió una gran oportunidad a Saúl para ser parte de su reino y hacer algo que fuera de bendición a miles, pero Saúl decidió no escuchar la voz de Dios, esa misma voz que, mientras él no era nada, mientras él se sentía pequeño e insignificante, fue capaz de llegar hasta él a través de Samuel y decirle que había sido elegido para reinar.

Mi querido amigo, cuando nos olvidamos de donde Dios nos sacó y adonde él nos puso, (o nos quiere poner) creyendo que todo es mérito de nuestro talento o habilidad, es cuando nuestra caída está saludándonos.

Cuidémonos de pensar que lo logramos porque somos mejores o muy hábiles, y recordemos siempre que fue su gracia la que, mientras nos sentíamos pequeños, insignificantes e incapaces de lograr algo, nos estaba invitando a ser parte de su obra y de su reino.

Aunque el pronóstico no te tenga entre los favoritos, aunque no tengas suficientes recursos, aunque creas que no eres muy hábil, aunque muchos te traten con indiferencia y te digan que estás loco o loca,… ¡Continúa!

Dios cree en tí y en tus posibilidades, Dios no se equivocó cuando te miró detrás del rebaño ni se equivocó cuando pensó en tí para que seas parte de su reino. Solo demanda una cosa: obediencia a lo que él dice.

Recuerda lo siguiente: Aunque nadie crea en tí, Dios sí cree en tí.

¡Que tengas un día híper bendecido!

Acerca del autor

Hola, soy Diego Carrasco, vivo en la ciudad de General Roca, Provincia de Río Negro, sur de la Republica Argentina. Pastor de Comunidad de Fé "Más ALTO", Escritor y Conferencista, Acompañante Terapéutico, Profesor de Música y Defensor de la Vida. Casado con Paula y padre de Tomás, Matías, Julieta y Paloma, mis ángeles. Busco constantemente ser una fuente de inspiración para otros.