Estaba pensando qué podría escribir en este artículo, como podría empezar de qué podría tratar. Sin embargo, un día estaba en un evento de mujeres en mi Iglesia como parte del ministerio de alabanza, ese día había llegó una pastora para compartir la palabra y precisamente habló parte de la historia de la viuda de Sarepta que se encuentra en (1 Reyes 17:8-9) Luego llegó a Elías una palabra de Jehová, que decía: Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he dado orden a una mujer viuda que te sustente. Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, había allí una mujer viuda que estaba recogiendo leña”. Esta historia en la Biblia me llevó a reflexionar acerca de cómo Dios en medio de nuestras circunstancias nos pide que demos todo lo que tenemos aun cuando sea poco, ya sea tu tiempo, talento, creatividad.
Si nos vamos a la historia esta mujer solo tenía un poco de harina y aceite, que precisamente lo iba a ocupar para preparar el pan para ella y su hijo (1 Reyes 17:12), sin embargo, el profeta Elías le dijo a la mujer que tuviera temor, que le preparara primero a él una pequeña torta porque Jehová había dicho que no la harina ni el aceite iba a escasear y la mujer hizo como el profeta le había dicho y la harina y el aceite no escaseó.
A veces pensamos que para adorar y servir a Dios es necesario tener el tiempo necesario, porque si estamos trabajando o estudiando en el caso de los jóvenes damos pretextos para no hacer nada, o si pretendemos estar en el ministerio de alabanza es necesario saber totalmente todo acerca de la música e inclusive llegamos a pensar que como no se mucho no puedo estar sirviendo en la alabanza. Sin embargo, es cuando Dios prueba nuestra obediencia, nuestra fe y nuestra forma de adorarle.
He estado trabajando en el área de diseño para eventos de mi iglesia, al igual que dentro del ministerio de alabanza, no se mucho pero siempre le he dicho a Dios que todo lo que se lo haré con todo mi corazón y en varias ocasiones él me ha sorprendido, he ido aprendiendo y la gloria es para Él. Aunque pensemos que no tenemos nada, Dios nos dice que nos creo de manera perfecta para que pudiésemos dar lo que tenemos. Lo primero que le dijo el profeta a la viuda de Sarepta fue, dame de beber y de comer, y en ocasiones colocamos condiciones a Dios cuando Él nos dice dame y decimos no tengo. Por lo tanto, cuando Dios te dice que hagas algo, es porque sabe que eres capaz de hacerlo.
Sin duda, cuando dejamos todo lo que tenemos o sabemos en las manos de Dios Él lo multiplica y nos sorprende, así como la mujer viuda obedeció y dio todo lo que tenía para poder alimentar al profeta, así debemos depositar nuestros talentos, tiempo, creatividad para servirle y adorarle, de esta manera veremos como Él nos sorprenderá.
