La tarde lucia silenciosa . El tráfico de los autos se había casi detenido en mi ciudad. Un viento fresco provocaba un ambiente relajado. Las ramas de los árboles se mecían sin cesar y el cántico de los pájaros se escuchaba continuamente . Me dirigí hacia mi biblioteca y empecé a buscar mis Biblias viejas, — sus páginas raídas por el tiempo y llenas de breves anotaciones en los márgenes— eran como mapas que me orientaban por los caminos de la vida. Esto me hizo recordar mis primeros pasos como seguidor de Jesús. La lectura de esa riqueza literaria que llevan impregnado el sello de la inspiración divina me llenaron de seguridad y paz. !Como no recordar mis primeros días cuando quise memorizar muchos versículos y el orden de cada uno de los libros!. Los coros e himnos que aprendí y la nueva familia en la fe que tenía. Esta pequeña reminiscencia me hizo reflexionar sobre la importancia de volver al primer amor. A esa consagración que desbordaba gozo y alegría por la atención exclusiva a Jesucristo.
¿Quien no recuerda sus primeros pasos como cristiano? Estaban llenos de entusiasmo y devoción. Existía un sentimiento del trabajo continuo y la responsabilidad de compartir las buenas nuevas con otras personas. Pero el tiempo fue pasando y la confrontación con experiencias desafiantes y llenas de un legalismo aunado con un sentimiento de libre albedrío, contribuyeron a disminuir nuestra fe.
La pérdida del primer amor ( Apocalipsis 2:04) fue una queja contra la iglesia de Efeso. De todo el examen que se estaba haciendo, habían salido reprobados en este punto. Como cristianos hemos experimentado situaciones en las cuales hemos dejado a Jesucristo como prioridad de nuestras vidas y nos escudamos en los errores de los demás y se produce una regresión al estado anterior. Los afanes de la vida nos sirven para alejarnos de Jesús y al igual que Exaú cambiamos nuestra primogenitura por cosas efímeras que se nos presentan como ofertas con valores agregados o dentro de la iglesia nos enfocamos en actividades sin ningún propósito y protestamos enérgicamente al ver que otros hermanos se consagran a Jesús.
Para volver al primer amor es necesario olvidar lo que queda atrás,cuando recordamos nuestros errores y fracasos perdemos la motivación y nos hundimos en el lodo cenagoso. Debemos renovar nuestros votos con Jesús, cambiar de pensamiento y proseguir al blanco.
Si te sientes agobiado en tu caminar y te has quedado en alguna estación, levanta tu vuelo y empieza nuevamente a cruzar los cielos de la esperanza, la fe y el amor.
Si tu luz está apagada, deja que el fuego del Espíritu Santo encienda tu vida y comienza a iluminar el camino para otras personas.
Pablo dijo:« Olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante» Filipenses 3:13. Es una receta eficaz que provoca un avivamiento espiritual que contagia y motiva para continuar en la meta.
Pueda ser que tengas años de alejarte de la iglesia y que vivas una vida como el llanero solitario, afrontando los sin sabores y adversidades como un intrépido luchador, pero al final te das cuenta que no puedes pelear la batalla. Vuelve a tu primer amor, Jesucristo te espera para que sigas en la ruta correcta. No tardes,arregla tus cuentas.