El cansancio controlaba su cuerpo. Sus ojos se cerraban rápidamente. La luz de la lámpara iluminaba su cuarto y se reflejó su silueta . Un suave ronquido indicaba que su sueño era plácido. Sin embargo, de repente una voz se escuchó: — ¡Samuel! El joven se despertó y se presentó ante Eliú. Este le respondió que no lo había llamado. Y así sucedió hasta que el sacerdote comprendió que era la voz de Dios. «Heme aquí que tu siervo escucha». Fue la respuesta del joven. Dios tenía que hablar al sacerdote por medio de Samuel.
Dios le dio la facultad al ser humano de escuchar. En los evangelios es común la frase: «El que tiene oídos para oír, que oiga». El privilegio de escuchar es una gran bendición pues a través de esa percepción, el hombre tiene la oportunidad de guardar en la mente y en el corazón, el mensaje de Dios para el hombre.
El arte de saber escuchar es muy apreciado en la educación tanto en el hogar como en la escuela, colegio y la sociedad. Las personas que atienden los buenos consejos, se les considera prudentes y llenas de entendimiento. Cuando nuestros oídos no perciben los estímulos sonoros espirituales, nos hacemos sordos y por consiguiente reacios hacia las indicaciones divinas.
Al igual que a Samuel, Dios le habla al hombre para que escuche el mensaje de salvación. El Señor utiliza muchos medios con el objetivo de que se atienda a su mensaje. La respuesta del pecador hacia la voz de Dios es negativa. La indiferencia hacia la predicación de su palabra , refleja el comportamiento del mundo. En lugares donde antes se leía la Biblia con dedicación, ahora se prohíbe. Muchas radios y televisoras cristianas son condicionadas para que su programación se sature con espacios seculares y se predique de una forma no intensa las buenas nuevas.
La intención de que se perciba ese mensaje, es una actividad constante que trata de infiltrarse por medio de muchos recursos. ¿Qué voz escucha el mundo?, ¿Qué quiere escuchar?. ¿Cuándo, dónde y cómo? Estas interrogantes nos hacemos todo el tiempo. Como comunicadores del reino debemos de buscar las estrategias efectivas para que la palabra de Dios llegue a toda la humanidad. El esfuerzo que hacen los cantantes cristianos por contribuir a la predicación de la palabra —usando el talento musical con un mensaje de reflexión— es un recurso muy valioso, pues existe un gran auditorio que son aficionados a las alabanzas que día a día se escuchan en radios y observan los vídeos en los canales de televisión o por medio del Internet, etc. La técnica de los deportistas — especialmente en el football— consigue muchos seguidores, pues están evangelizando a los aficionados, incluso hay equipos cristianos que sostienen encuentros deportivos cuya finalidad es la de presentar a Jesucristo como Salvador Personal.
Hace años leía la ilustración de un muchacho que no quería escuchar la palabra de Dios. Cada vez que iba a la reunión, se tapaba los oídos, pero un día, una mosca se paró en la punta de su nariz, y no tuvo más remedio que quitar las manos, justo en ese momento, el pastor exclamaba: «Bienaventurado el que escucha la palabra de Dios». Esas declaraciones penetraron en su corazón ya que desde esa vez, comenzó a atender el mensaje divino.
Es extraordinaria la forma como llegamos al conocimiento del mensaje de Dios. Su voz nos llamaba a cada instante, pero no obedecíamos a ese llamado. No se como empezó Dios a obrar en tu vida, pero no cabe duda que esta escogiendo una serie de acontecimientos, algunos drásticos, para que le prestes atención. Él mira tu vida desordenada y vacía, destinada al fracaso . La oportunidad de comenzar una nueva etapa en tu vida es una prioridad apremiante.
Hoy es el día aceptable. Responde al llamado. Dios quiere hacer de ti una nueva criatura. Tan sólo escucha y habrá alimento eterno para tu alma .Apocalipsis 3:20 «Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a su casa, y cenaré con él , y él conmigo». No te detengas, El te llama.