El comienzo de un nuevo año genera una serie de expectativas. En nuestra mente priva el entusiasmo por cristalizar , ilusiones y emprender grandes proyectos. La euforia de Navidad y la celebración del año nuevo, nos transmiten una gama de sentimientos de reflexión- entre los consejos de la familia y amistades – nuevamente nos insertan en el mundo de los sueños y anhelos. Las predicciones en los Mass Media recetan una lista de indicaciones para que todo salga bien, mientras que la sabiduría popular remite a la práctica de costumbres culturales que se asocian con la rutina supersticiosa de costumbres ancestrales. Todos tratamos de esforzarnos y queremos llegar a la meta, pero… ¿ Qué debemos hacer para empezar de nuevo?
El apóstol Pablo nos recomienda que olvidemos lo que queda atrás. Filipenses 3:13. No podemos andar cargando con una mochila llena de fracasos o derrotas, mirar hacia atrás significa estancarse. Basta de retroceder al pasado y llevar a cuestas todos los errores de la vida. El año nuevo es una pagina en blanco que tiene que ser escrita con pensamientos positivos encaminados al triunfo. El éxito nos espera. Jesucristo no trabaja con el pasado, sino con el presente y el futuro.
La otra recomendación es extenderse hacia adelante.Tienes muchas metas este año. Pues enfoca tu visión hacia el blanco. Dirige todos tus actividades hacia ese objetivo. Haz una lista de todas las fortalezas que tienes y ordénalas para que sean recursos valiosos en el esfuerzo propio. Los triunfadores son personas que han caído en el fango de la derrota pero que se levantan y continúan adelante una y otra vez. Thomas Alva Edison hizo muchos experimentos para llegar a fabricar el bombillo eléctrico. Todo era el resultado de un constante sacrificio y tenacidad para que este artefacto diera resultado. Cada fracaso era un peldaño para formar la escalera del éxito.
No puedo dejar de mencionar la orden de Dios a Josué: «Esfuérzate y se valiente».Josué 1:7 Esta frase se repite varias veces en ese libro y tiene como objetivo: exhortar a este hombre para que haga su punto máximo de esfuerzo, ya que tiene que realizar una gran misión: Conducir al pueblo israelita a la tierra prometida. La clave de su éxito fue la obediencia exclusiva a Dios. El esfuerzo propio debe cimentarse en el apego a la dirección divina y el trabajo tesonero, imitando a las hormigas que laboran unidas y constantes.
Por último, renovemos nuestra mente, limpiándola de malos pensamientos para borrar los paradigmas negativos que nos han mantenido esclavizados a cierto tipo de complejos y que impiden nuestro crecimiento. Una mente renovada es una arma efectiva para aniquilar los obstáculos de la vida. Romanos 12:2 « ….transformaos mediante la renovación de nuestra mente…» Un pensamiento triunfalista fortalecido por la mano de Dios te llevará a la tierra de bendición.
Recuerda que estas en los planes de Dios, que no eres producto de un cataclismo, sino que fuiste formado bajo un molde celestial para llevar mucho fruto y para vivir la vida en abundancia. No olvides los planes de bienestar que Jesucristo tiene para tu vida.
Solamente levántate, y recuerda 2 Corintios 5:17 : «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí son, hechas nuevas»
Que en este año, el esfuerzo, el dominio propio y la perseverancia sean tus mejores armas para llegar a la meta.
Qué Dios te continué bendiciendo. Sigue adelante.